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Diario de a bordo / Algo para todos

Los dragados de la ría y la arena del Espartal

La resolución del Gobierno sobre la regeneración de áridos

El Gobierno de Sánchez ha creado una nueva cartera ministerial que denomina "Ministerio para la Transición Ecológica". Se trata del conocido gabinete de Medioambiente de toda la vida, con rango o no ministerial, según el momento. Pues bien, este departamento, con un nombre y rango u otro, realiza cada cuatro años un estudio para establecer una Declaración de Impacto Ambiental en nuestras costas en la que recoge, entre otras cosas, los efectos de los dragados efectuados por el Puerto de Avilés, para mantener los calados y seguir operativo.

Así que estos estudios no son nada nuevo. El CEDEX (Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas) realiza el primero en 1991, sobre el problema de los sedimentos en el canal del puerto, y con el nombre de "Dinámica litoral y aterramientos de la Ría de Avilés". Tenía por objeto, y estamos hablando de hace ya casi treinta años, el estudio de la insuficiencia persistente que se observaba en los calados, y que dificultaba la navegación en el puerto. También se pretendía conocer el funcionamiento hidráulico de la ría, desde el punto de vista de la dinámica litoral, así como la evolución de la misma, con el objetivo de solucionar, o al menos paliar, el problema de los accesos de arenas al puerto. Desde entonces, se siguen realizando estos estudios y, las conclusiones sucesivas, no han ofrecido muchas variaciones.

Conocemos pues, las causas y consecuencias que provocan los aportes de arena a nuestra ría, provenientes efectivamente del Espartal, pero también del estuario del río Nalón. También conocemos las consecuencias de los dragados para conservar, o incluso aumentar, los calados del canal y de los cantiles de atraque del puerto.

El último documento dado a conocer por el CEDEX, más que preocuparse por las arenas que anegan la ría, pone el acento en las pérdidas de las playas del Espartal. Se concluye que la playa de Salinas soporta varias patologías que provocan estas pérdidas. Las tres más importantes, los dragados que se realizan en la ría, la interferencia del muro del paseo marítimo en la regeneración del arenal, al impedir que los depósitos de árido acumulados puedan ser recuperados y, por último, el tipo de arena externa con la que se regeneró la playa, especialmente en 2004, con cerca de medio millón de metros cúbicos, pero con una granulometría inadecuada e ineficiente pues, a los pocos meses, el nivel de arena depositada en la playa era similar al que tenía antes del aporte. En el capítulo de soluciones, se propone la prolongación del espigón de entrada a la bocana y la regeneración de la arena perdida en las playas.

La gran sorpresa salta cuando el Ministerio, en una resolución basada en ese informe, concluye que, para autorizar los próximos dragados en la ría, imprescindibles cada dos años, el Puerto deba compensar anualmente las pérdidas netas de arena del sistema de playas y dunas de Salinas-El Espartal. O sea, que el Puerto deberá aportar la misma cantidad de arena que saque de la barra de entrada de la ría, cada vez que sea necesario dragarla. Pero también se reseña en la resolución que, si parte de esa arena no cumpliese con las condiciones necesarias de salubridad, como ya advirtió el Puerto que sucedería en sus alegaciones, la Autoridad Portuaria tendrá que completar la cantidad total del dragado, con aportaciones de arena de otras zonas. Asimismo, ordena la formación de una comisión, integrada por representantes del Ayuntamiento de Castrillón, las autoridades relacionadas con el mar, medio ambiente y espacios naturales protegidos, así como el Puerto. Esta comisión se encargará del seguimiento de los trabajos. Como guinda final, se estipula que, si no se compensase el dragado con la aportación de arena a la playa, el Puerto no podría hacer más dragados.

Decir para empezar que, teniendo en cuenta que los efectos de estos dragados no suponen una incidencia mayor del catorce por ciento respecto de la pérdida de arena de las playas, la resolución del Ministerio es, cuando menos desproporcionada. Pero además, su repercusión económica en las cuentas de la Autoridad Portuaria sería de tal magnitud, que haría inviable el mantenimiento del Puerto a medio plazo.

Como podemos observar, las preocupaciones en Madrid han cambiado desde que se iniciaron estos estudios. Al Gobierno parece que no le importa ahora tanto el evitar el problema que tiene el Puerto, por la llegada de arena al canal, cuanto solucionar las pérdidas de arena de la playa de Salinas y, para resolver esto, no duda en cargar al Puerto con "el muerto".

A nadie se le escapa la importancia del Puerto en la actividad económica, no solo de Avilés, sino de toda la comarca. Son muchas las empresas que deberían de trasladar su actividad a otros lugares, muchísimos los puestos de trabajo que se perderían, si el Puerto deja de estar operativo. Ya veo a los Ayuntamientos de Avilés y Castrillón, en unos años, formando a guías para explicar a los turistas lo que fue nuestra arteria marítima, igual que se hace ahora en San Esteban de Pravia. Los forofos y protectores del Patrimonio Industrial tendrán otro frente que proteger con sus ruinas.

Es evidente que eso no puede ser aceptado. El Presidente de la Autoridad Portuaria, se ha apresurado a anunciar reuniones con los responsables ministeriales para tratar de alcanzar una solución factible. Lo mismo ha hecho la Alcaldesa de Avilés, que ya ha dicho, alto y claro, que la ciudad no aceptará ni tolerará de ninguna manera este alocado planteamiento, y se ha alineado firmemente con el Puerto.

La Alcaldesa de Castrillón es consejera de la Autoridad Portuaria, y su Ayuntamiento se beneficia de los impuestos que pagan las empresas que, ubicadas en su jurisdicción, utilizan los servicios Puerto. Pues bien, en un ejercicio de irresponsabilidad supino, se despacha diciendo que está muy satisfecha con las medidas anunciadas.

La misma actitud, la adoptan el resto de los grupos municipales del Ayuntamiento vecino. Solo hace pública su discrepancia el Partido Socialista, consciente de la importancia del puerto también para su concejo. Sin embargo y por ello, es acusado, por la derecha castrillonense, de ser una sucursal del Ayuntamiento de Avilés. Es decir, la derecha de Castrillón le hace el trabajo sucio a su Alcaldesa. Es muy curioso observar que, en Castrillón, la autodenominada "izquierda", y no me refiero únicamente a IU, que también, se alía con la derecha, paniaguada históricamente por la Real Compañía y beneficiaria de las prebendas que le fueron otorgadas en la gobernación municipal. Que la derecha castrillonense siga con los esquemas decimonónicos de enfrentamiento con Avilés, ya resulta llamativo a estas alturas de la película, pero que este planteamiento lo defiendan también las formaciones que se autodenominan de izquierda en Castrillón, es algo inaudito.

Ya lo hemos dicho y lo repetimos una vez más, si los efectos de los dragados en la pérdida de arena de las playas son del 14%, no hace falta más argumento para ver lo desproporcionado de las medidas que se tratan de imponer. Pero también habrá que sopesar las otras dos causas que se citan en el estudio del CEDEX y poner la carga de responsabilidad en su verdadero sitio.

Que la alcaldesa de Castrillón diga que la Resolución del Ministerio es una buena noticia, no tiene ni un solo pase. Al Puerto deberían de pagarle los dragados, porque son arenas ajenas las que invaden la bocana, y lo hacen desde mediados del XIX antes de que hubiese dragados. Para evitarlo, la RCAM "se quedó" gratis con todo el Espartal. Y aunque como se ve, seguimos en las mismas, la RCAM no nos ha devuelto el Espartal.

Después, lo que era una zona de plantaciones vegetales se convirtió, con la connivencia del Ayuntamiento de Castrillón, en lugar de especulación urbanística, construyéndose hasta en la primera duna, eso sí, con el visto bueno de los ediles del concejo vecino. Esto es lo que verdaderamente impide la regeneración de la arena en Salinas. Pero, de esto, ni una palabra, ¿verdad? Y la arena que se extrajo de las cimentaciones de edificios, de la construcción de las balsas de jarosita, ¿Dónde está?, ¿es responsable el Puerto de la venta de áridos de Salinas y San Juan que se hizo en el siglo pasado? Repongan esa arena los que cobraron por vender lo que era de todos.

Por otra parte, si bien es evidente que el Puerto hace los dragados, cabría preguntarse, ¿es el Puerto el responsable de que las arenas que se dragan tengan metales pesados y no puedan reutilizarse en las playas? Ahí están las empresas de las márgenes de la ría, que son las causantes de esa contaminación de los fondos marinos del canal. ¿Por qué tiene que ser el Puerto entonces, el que se responsabilice de regenerar con arena de otros caladeros, la que no puede aportarse por estar contaminada? ¿Qué pasa con toda la clase política castrillonense y con los ecologistas? Por lo que se ve, no les importa que se contamine gratis, total, luego paga el Puerto... o pagamos todos.

Por último, el nuevo Ministerio se exime a sí mismo de sus propias responsabilidades, como lo es la regeneración de la costa, cargando al Puerto con lo que es su obligación. Y para colmo, los Ayuntamientos de Gozón y de Avilés, sin sitio en esa denominada Comisión de Seguimiento. Si el Ayuntamiento de Castrillón está afectado, Avilés y Gozón también. Y si Gozón y Avilés ya tienen representación en el Consejo de la Autoridad Portuaria, Castrillón también. Bueno, pues en esas estamos, luego no nos quejemos.

Así sucedió, así se lo he contado a ustedes, y así queda anotado en mi Diario de a Bordo. Pero la historia continúa...

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