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Concejala de Izquierda Unida en Avilés

La actual cara de la esclavitud

Ante la celebración del Día Internacional Contra la Explotación Sexual y la Trata de Personas

Está llegando el Día Internacional Contra la Explotación Sexual y la Trata de Personas, el 23 de septiembre, y este día de reflexión y denuncia casi coincide con la presentación de OTRAS, organización a la que yo me niego a llamar sindicato. Lo hago desde mi militancia activa de más de treinta años en un sindicato de clase y del conocimiento del mundo sindical y de la lucha, más o menos acertada, durante este periodo de mi vida.

Un sindicato nace y se alimenta de las luchas por la mejora de las condiciones laborales de trabajadoras y trabajadores. Por lo tanto, en primer lugar, clarificar que no considero que ser prostituida sea un trabajo, y no lo considero porque la inmensa mayoría de las mujeres y "niñas y niños". No Son putas ni putos, sino que los prostituyen las mafias, los empresarios de los clubs, los proxenetas que utilizan como simple mercancía a los seres humanos.

Algunas personas y organizaciones quieren convencernos de que las prostitutas son mujeres libres, empoderadas, valientes y ejemplares que han decidido libremente ejercer la prostitución.

¿De verdad vamos a creer que esas mujeres que ejercen la prostitución son libres? Las organizaciones que trabajan con mujeres prostituidas y las supervivientes nos hablan de un mundo oscuro que se nutre de mujeres y niñas en su mayoría de países pobres, mujeres desprotegidas, explotadas y traficadas, que son más vulnerables y que no tienen prácticamente defensa. Un mundo que se alimenta de todas las formas conocidas de violencia: secuestros, torturas, violaciones...

No. No creo que esas mujeres estén ejerciendo "su libertad". El libre mercado nos dice que los cuerpos de las mujeres, las niñas y los niños de esos países tienen que ser accesibles para los consumidores del mundo occidental. Consumir y mercadear, no importa cómo ni con qué o con quién.

Conocemos algunos experimentos en otros países y el resultado es penoso: ni han mejorado la vida de las mujeres prostituidas, ni han logrado que las mafias dejen de comprar y vender cuerpos.

Un ejemplo, el tipo holandés, fundado en 1986, ha conseguido, según sus promotores, que, por un lado, las personas prostituidas puedan abrir cuentas bancarias y por otro, que el Barrio Rojo de Ámsterdam no cierre durante la noche. ¿Es esto un avance laboral o social? No lo creo.

Otro ejemplo, el STRASS en Francia, un grupo lobbista de personas relacionadas con la prostitución donde la mayoría son hombres, y sus acciones más conocidas son aquellas dirigidas contra los movimientos feministas y contra las supervivientes de un mundo que traumatiza, denigra y devora al ser humano.

Un tercer ejemplo, en México, donde se organizan directamente proxenetas y donde algunas han sido condenadas por trata de personas; o en Inglaterra, cuyo fundador es un conocido proxeneta que, por un lado, se lucra con la explotación sexual de las mujeres y por otro, dirige el pseudo - sindicato exigiendo que las leyes contra la trata no afecten a los derechos de las mal llamadas "trabajadoras sexuales".

Todo muy claro.

Son proxenetas a nivel internacional, dueños de prostíbulos, de clubs, de agencias de pornografía. Es un mercado en el que algunos, incluso, cotizan en bolsa, como en Australia.

Se puede poner el foco en los mercaderes de cuerpos y mafiosos de la trata, pero también hay que poner el mismo foco en los compradores de prostitución

No podemos legalizar ni normalizar que a una mujer se la pueda violar, golpear o hasta matar

¿Qué puede haber peor que a una mujer, niña o niño se le viole sistemáticamente de todas las formas posibles día tras día y noche tras noche?

Nosotras, mujeres, feministas y de izquierdas estamos contra la cosificación del ser humano y la explotación. Nuestra lucha es por la defensa de los derechos humanos y contra el sistema patriarcal. Las leyes tienen que cambiar en esa dirección, no en la contraria.

En el año 1999, Suecia introdujo la ley contra la compra de sexo, seguido por Noruega, Islandia, Irlanda, Francia y Canadá y está ganando terreno en el Parlamento Europeo.

Ese es el modelo.

Luchando contra la prostitución, también lo hacemos contra la compraventa de seres humanos.

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