La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Mente plena

Obsesiones obsesivas

Algunos consejos ante los pensamientos obsesivos

Comprobar varias veces que se ha cerrado la puerta de la calle, lavarse las manos una y otra vez, acudir frecuentemente a urgencias por miedo a tener una enfermedad grave incurable, mover repetidas veces la cabeza para alejar pensamientos que dan miedo...

¿Recuerdan ustedes a Jack Nicholson en la película "Mejor Imposible"? Iba caminando por la calle sin pisar las rayas de las baldosas de las aceras, llevaba al restaurante sus propios cubiertos, etcétera. Reflejaba muy bien la necesidad del personaje de llevar a cabo todos los rituales para que la ansiedad no se elevara a niveles insoportables y así protegerse de sus propias obsesiones.

En este mes de octubre en el que se celebra (el día 10 concretamente) el Día Mundial de la Salud Mental quería hablarles del Trastorno Obsesivo Compulsivo, un trastorno mental que se caracteriza por dos elementos: las obsesiones (pensamientos intrusivos recurrentes e involuntarios que generan ansiedad) y las compulsiones (acciones mentales o conductas repetitivas, realizadas con el fin de neutralizar la ansiedad producida por la aparición de las obsesiones).

No todas las personas que padecen TOC tienen los mismos síntomas, pero lo que sí comparten es un nivel importante de sufrimiento y una afectación, de una u otra forma, de las actividades cotidianas, pues reaccionan ante lo que piensan como si estuviera ocurriendo en realidad.

¿Qué se puede hacer?

1. Comprender cómo funciona la mente. Tener pensamientos de todo tipo es completamente normal. La razón por la que el mismo tipo de pensamientos desagradables causa molestias a algunas personas y no a otras, se debe a cómo se interpretan dichos pensamientos o a cuánta importancia se les concede. Así pues, el objetivo no deberá ser eliminarlos, pues forman parte del funcionamiento natural de la mente humana.

2. Evitar luchar contra los pensamientos obsesivos. Cuando estas ideas, imágenes o impulsos aparecen en la mente, resultan sumamente desagradables y lo que se quiere es sacarlos de la cabeza para siempre, no seguir pensando en ellos. Ojalá funcionara, sería muy sencillo hacerlos desaparecer, pero no es así, no funciona, pues cuanto más lo intentamos, más permanecen. Si yo les pidiera que no piensen en un oso blanco ¿Qué ocurriría? Pues que, seguramente, no pararían de pensar en el dichoso oso blanco.

3. Obligarse a no creer lo que nos dicen los pensamientos obsesivos. Nunca hay que creer todo lo que se piensa. Los pensamientos obsesivos son irracionales, no están basados en la realidad sino en los miedos. El objetivo tiene que ser modificar la importancia que se les da y las estrategias que se utilizan para afrontarlos. Luego, de forma natural, disminuirá su frecuencia, su duración y el malestar que producen.

4. Eliminar las conductas compulsivas. La mejor forma de hacerlo es lo que llamamos Terapia de Exposición con Prevención de Respuesta. Se trataría de exponerse gradualmente a aquello que forma parte de la obsesión dejando de hacer los rituales de comprobación, de repetición o de evitación acostumbrados. Supone hacer frente a la ansiedad que surja en ese momento para descubrir con la práctica que no sucede nada de lo que, de forma irracional, tantas veces se teme. Si una persona tiene la obsesión de que si no da tres saltos le va a dar un ataque al corazón y se propone dejar de dar los tres saltos, tendrá que hacer frente a la ansiedad inicial pero después comprobará que realmente no ocurre nada si no da esos tres saltos y, así, logrará romper el círculo vicioso del TOC.

5. Utilizar técnicas de relajación como ayuda frente a la ansiedad. La más sencilla consiste en la respiración profunda. Se trata de aspirar por la nariz llenando los pulmones de aire por completo, contar hasta 3 manteniendo el aire y, después, expulsar el aire lentamente mientras el cuerpo se va relajando cada vez más. Es preciso practicar esta técnica con cierta frecuencia para poder interiorizarla y que resulte de utilidad en los momentos de tensión que suelen acompañar a las obsesiones.

6. Darse autoinstrucciones positivas. Se trata de mantener un diálogo interno que ayude a hacer frente a los pensamientos obsesivos de forma más útil y llevadera. Podría servir alguno de estos: "Esto que pienso me asusta pero ya sé por la experiencia que es irracional", "No voy a buscar argumentos para debatir sobre algo que es absurdo", "Esto parece alarmante y urgente pero realmente no lo es", "Mis pensamientos son exagerados", "Puedo hacer frente a mis miedos", "No voy a prestarle atención a este pensamiento", "Voy a lograrlo", "Voy a sentirme mejor"...

Se sabe que detrás de un trastorno obsesivo-compulsivo suele haber una personalidad rígida y perfeccionista. Por tanto, si observan que, con demasiada frecuencia, no pueden resistirse a colocar por tamaños los objetos de la estantería, o, cuando ven un cuadro torcido, aunque estén en casa ajena, se les van las manos casi sin darse cuenta, hagan lo posible por frenarse, antes de que sea demasiado tarde...

Compartir el artículo

stats