La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Un matrimonio ejemplar

Exaltación del amor con motivo de las bodas de oro de José Manuel Rodríguez y Manolita García

Por medio de este periódico tan querido, desde lo más hondo de mi corazón, quiero daros mi más profunda enhorabuena por la celebración de un evento tan importante, entrañable y digno de ser tomado en consideración. No son muchos los matrimonios que tienen la suerte y la fortuna bendita de poner la guinda luminosa del amor a un sacramento como el vuestro. En tiempos tan difíciles y complicados, donde la pista sustituya la calma y lo efímero a lo permanente, sois un ejemplo vivo a seguir.

José Manuel Rodríguez Pérez: amigo desde que era adolescente, que admiro de manera muy personal como destacado y brillante abogado de la ciudad ejerciendo con despacho propio y también como director que fuiste de la asesoría jurídica laboral de Ensidesa, donde diste tus mejores años. Si tuviera que destacar algo de ti no lo dudaría un instante: tu profunda humildad y humanidad, entrega absoluta la familia y una capacidad de trabajo fuera de lo normal. Como diría mi admirado poeta Antonio Machado eres un hombre bueno. Manolita García García: madre modelo y esposa ejemplar, cocinera maravillosa según cuentan las crónicas y católica universal.

Como sabéis, añoro los paseos que dábamos por la playa de Salinas y las conversaciones que manteníamos sobre todo lo humano y divino. El tiempo transcurre, deja sus marcas indelebles, pero mi excelente remembranza con vosotros perdura y perdurará siempre en lo más interior de mi alma. Cuando os veo juntos por la calle, tan unidos como siempre, yendo del brazo, formando una unidad indivisible a pesar de los problemas que la edad depara y que sabéis llevar con tan grande dignidad y espíritu creyente, se me caen lágrimas vivas de ternura y embeleso.

Quiero rendir también un homenaje a vuestros cuatro hijos tan queridos que tanto amor os profesan y que siempre están con vosotros. Empezando por mi colega de profesión, letrado como su padre, José Manuel, mi buen amigo, y terminando por Marta María, Francisco Javier y Mari Luz. Todos vosotros formáis una gran familia de amor, respeto, obediencia, cariño y entrega. Da gusto andar por la vida sabiendo que existen hijos que quieren a sus padres y se muestran orgullosos de ellos por el cariño y la entrega que primero han recibido.

Desde estas sencillas palabras os testimonio, en nombre mío y de mi madre, a quien tanto conocéis, nuestro respeto y amor incondicionales.

Enhorabuena por vuestras bodas de oro y que este pequeño y breve homenaje quede a guisa de recuerdo en vuestros corazones.

Que dios os guarde siempre, queridos amigos.

Compartir el artículo

stats