El jueves, 50.000 personas lanzaron en las calles de Avilés un grito unánime: Alcoa no se cierra. Mi deseo era formar parte de esa gran movilización, pero a la misma hora era necesaria mi asistencia a la reunión convocada en Madrid por las ministras de Industria y de Energía, junto a los gobiernos de Asturias y Galicia, para coordinarnos y hacer todo lo posible para revertir la decisión unilateral de Alcoa de cerrar sus plantas de Avilés y Coruña.
Cuando en Madrid abordamos con las ministras la situación de la planta avilesina, las demandas de los trabajadores y nuestro potencial industrial, nos sentíamos acompañados con la fuerza de las decenas de miles de personas que en ese mismo momento llenabais las calles de Avilés con un grito común.
Todas los escenarios de lucha son imprescindibles. Nuestro futuro se defiende en las mesas de negociación y también la calle. El jueves vuestra voz también se oyó en Madrid y sentí vuestra fuerza y determinación. En Avilés sabemos bien que es en esa unidad de acción en la que se forjan las victorias, por eso, siempre damos la cara.
Gracias, no sólo por vuestra participación, sino también porque tengáis así de claro que ésta es una pelea de todos.
Quiero reconocer la fortaleza, el tesón y el coraje con que los trabajadores de Alcoa y sus familias afrontan estos difíciles momentos. Me llena de orgullo la capacidad organizativa del comité de empresa, el acierto de sus decisiones y la actitud de toda la plantilla.
Gracias también a todas las personas que, procedentes de Asturias, de A Coruña y de otros lugares, quisisteis acompañarnos: vuestra solidaridad nos hace más fuertes y nos carga de energía para continuar con este proceso.
Quiero expresar un agradecimiento especial al comercio avilesino y a muchas otras empresas: al detener vuestra actividad el jueves habéis demostrado que sois muy conscientes de lo que nos estamos jugando. Vuestra respuesta ha sido ejemplar, lo mismo que la de los clubes deportivos, las entidades vecinales, el mundo de la cultura y todos los grupos políticos.
El jueves se escuchó el grito colectivo de una ciudad que no está dispuesta a dar un paso atrás en la defensa de su industria porque siempre hemos creído en ella. Hemos sabido sentar las bases de un futuro industrial que hoy, a pesar de las dificultades, nos permite ser optimistas. Y vamos a seguir luchando por nuestro futuro porque nadie nos regalará nada.
Convertiremos las amenazas en nuevas oportunidades. El jueves demostramos que no nos faltan razones. Tenemos las condiciones para liderar la nueva industrialización en la Unión Europa. En estos momentos de auge de nacionalismos y proteccionismos económicos, Europa no puede permanecer en silencio ante un ataque a su industria.
Exigimos a la dirección de Alcoa que se siente a negociar, que paralice el ERE y que retome la actividad porque el aluminio y la factoría de Avilés tienen futuro.
Termino como empecé: gracias Avilés por vuestra entrega, por vuestra valentía y por vuestra determinación. Gracias Asturias: nos hemos sentimos muy arropados. La lucha continúa y lo saben todas las partes que deben saberlo. Toda la ciudad va a dar esta batalla con un objetivo unánime: ganarla.
