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Cosas de la edad

La demanda de un holandés para que la justicia le quite 20 años en los documentos oficiales

Como lo que más agradezco es divertirme recibí con una sonrisa la noticia de ese empresario holandés que ha llevado a los tribunales una petición para que le quiten veinte años de edad y en su pasaporte y documento de identidad figuren, solo, 49 años en lugar de los 69 que tiene.

La tontería apareció en todos los medios. Y no solo eso sino que de su petición se han ocupado incluso los jueces no sé si para solidarizarse con sus colegas españoles y demostrar que en Holanda la Justicia también anda a uvas y es capaz de hacer el ridículo. Menos mal que la respuesta de sus señorías fue negativa. Los jueces dijeron que no habían encontrado argumentos legales para autorizar que un ciudadano pueda cambiar por voluntad propia el día de su nacimiento.

Pero Emile Ratelband, que así es como se llama el que quiere rejuvenecerse por lo legal, no estuvo de acuerdo. Echó mano de su juvenil ingenio y contraatacó diciendo que si los transexuales pueden cambiar de género y que conste en su pasaporte, por qué, él, no va a poder cambiar de edad.

Visto de esa manera, a uno le entran dudas. Además, el tal Ratelband, al parecer, se hizo una revisión y los médicos le aseguraron que fisiológicamente tiene 45 años. Así de joven es como se siente, y no como un jubilado, por eso dice que si logra cambiar la partida de nacimiento no pretende lucrarse de su situación actual, sino que está dispuesto a renunciar a su pensión y seguir trabajando hasta que, de nuevo, le llegue la hora. Se nota que es holandés. A un español jamás se le ocurriría proponer un trato tan desfavorable.

Lo que más sorprende es que diga que no es el miedo a envejecer lo que le ha llevado a plantear la reclamación. Que la ha planteado porque desea exprimir la vida al máximo.

No veo que la vida se pueda exprimir por cambiar una fecha en un papel, pero agradezco que este señor se haya decantado por lo legal y no por soltarnos una retahíla de recetas mágicas y hablarnos de las bondades del ayuno, de la mosca de la fruta, del gusano "Caenorhabditis elegans" y de un compuesto llamado resveratrol que está presente en la piel de las uvas, en el vino tinto y en las nueces, y afecta a la actividad de un gen implicado en la longevidad. Hay todo un ejército de voluntarios insistiendo en la idea de que no es obligatorio envejecer. No lo será pero ya me dirán qué harían las familias sin los abuelos, sin esa tendencia, iniciada hace poco, de que los mayores cuiden de los niños para que los jóvenes puedan trabajar sin problemas. Menuda catástrofe si todos los que tienen 69 años reclamaran tener 49 y nos encontráramos con una sentencia como la primera de la Sala quinta del Supremo. Tendría que reunirse el Pleno y corregir el fallo como han hecho con las hipotecas.

La clave del caso, cuentan que estuvo en una pregunta que le hizo el Juez. "¿Dónde quedan esos 20 años que usted quiere quitarse?" La respuesta es difícil. Uno se quita años y no pasa nada. Está más o menos autorizado. Pero pedir que lo ratifique un juez... Para mí que son cosas de la edad. De los 69 que dice no tener.

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