Algunos autoproclamados expertos en usos y protocolos de negociaciones políticas establecen que, de acordarse la participación de un "relator", "animador", "examinador", "valedor", "provocador" o cualquier otra figura en funciones de "tocatore di corno" para el pistoletazo de comienzo y final del empeño, está obligado, tal sujeto, a exigir la previa identificación de las partes y su mutua aceptación.
Puestas así las cosas, el del pito o la campanilla, todavía no nombrado, en las sesiones que según se anuncia se van a celebrar en Barcelona al más alto nivel, tendrá que empezar por dar a conocer las respectivas calificaciones oficiales y mediáticas de los protagonistas.
De Pedro Sánchez, junto a su condición de Jefe del Ejecutivo de España, el "tocatore" tendrá que añadir para aviso de las partes los epítetos de: indigno, felón, traidor, antipatriota y otras similares lindezas. De la misma manera, presentará a Quim Torra, presidente de la Generalidad, como racista, malversador y delincuente. Con estos personajes, de tan dudosos currículos, se pretendía dar solemnidad e impacto internacional a la secesión de una parte del territorio de todos los españoles. El "tocatore" daría lectura a las 21 resoluciones, se proclamaría la República Catalana y llenos de emoción cantarían "Els Segador".
Y cuando todos se felicitaban por su capacidad de diálogo y habilidad política "llegó Fidel", resultando que tres partidos constitucionalistas dejaban a un lado su "prudente" mansedumbre y convocaban a los ciudadanos para defender la unidad de su patria de siempre, a la par de demandar las elecciones generales prometidas por Pedro Sánchez cuando llegó al poder.
En poco más de 48 horas, el contubernio se ha deshecho a través de un twitter o un whatsapp y unas balbuceantes explicaciones de la vicepresidenta Carmen Calvo, en trámite de cese voluntario por el bochorno sufrido.
¿Y el primer actor del enredo? Él mismo se ha dado un tiro en el pie. Su egocentrismo, falta de ideología y su enfermizo afán de poder lo han llevado al abuso y a perder las perspectivas de la realidad. El fracaso de Pedro Sánchez repercutirá en el PSOE de forma inmediata en las elecciones del 26 de mayo y está por ver el caso que va hacer al clamor de las manifestaciones
No es probable que el Jefe del Ejecutivo vuelva donde solía. La respuesta a los soberanistas tiene que ser radicalmente opuesta a la practicada de apaciguamiento. Se impone un artículo 155 en toda su extensión, cumplimiento de sentencias, desmontar chiringuitos subvencionados, ilegalizar a Omnium y AC, reformar la ley electoral y de partidos, investigar cuentas de las grandes familias separatistas que actúan en la sombra. En definitiva, dejar la mansedumbre y el ofrecimiento de las mejillas pasando a optar por la legalidad constitucional.
