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Las hazañas de Pedro Menéndez

Enfrentamiento con Jean Alphonse de Saintonge

El rescate de una veintena de navíos vascos apresados por "El Portugués"

A mediados del siglo XVI, el tráfico comercial, ligado sobre todo a las actividades portuarias, hacen que Avilés sea quizás la ciudad más próspera de Asturias. Atrás había quedado el mal recuerdo del pavoroso incendio que en 1478 había reducido a cenizas casi toda la villa. Es en esta época cuando se construye el puerto nuevo, en el estuario final del río Tuluergo, y cuando se realizan las obras para la captación de las aguas del manantial de Valparaíso, desde el lugar de Miranda conocido como La Lleda. Con cerámica negra se fabricaron en la riera alta los tubos que llevaron el fluido elemento hasta las fuentes de San Francisco y de San Nicolás. Un escudo imperial de la dinastía de los Austrias, labrado sobre la piedra en la primera de ellas, nos recuerda estas obras.

Corría el año 1544 y la flota de Álvaro de Bazán, "El Viejo", derrota a una armada de corsarios y piratas franceses en la ría gallega de Muros. La noticia de esta victoria recorrió los puertos españoles y Pedro Menéndez toma la decisión de enrolarse, con el grado de capitán, en la flota del almirante. Álvaro de Bazán había recibido de la mano de Carlos I, tras la mencionada batalla, la misión de guardar con su escuadra las costas españolas y proteger la llegada a nuestros puertos de la Flota de Indias. Menéndez permanecerá con Álvarez de Bazán durante cuatro años y su estancia con el más reputado marino del momento fue la culminación de su aprendizaje.

Tras este período regresa a Avilés, forma su propia flota y sus hazañas y su fama llegan a las más altas instancias. Es por ello que en 1549 el emperador Maximiliano le autoriza a realizar incursiones contra los piratas franceses que, a pesar de la paz que el reino galo había firmado con España, continuaban asolando la costa cantábrica. Es su primera patente de corso. Le llegan entonces noticias de que una escuadra francesa, mandada por Jean Alphonse de Saintonge, conocido también como "El Portugués", había capturado en el Finisterre bretón dieciocho naves vizcaínas que volvían de Flandes. Jean Alphonse de Saintonge era natural de la provincia francesa de Saintonge, pero se había iniciado en la navegación, durante su juventud, en navíos portugueses, llegando a casarse con una joven lusa llamada Victorina Alfonso. Estas circunstancias le valieron su apodo de "El Portugués". Era un experto navegante y uno de los primeros exploradores franceses en América del Norte.

Pedro Menéndez, que se encontraba en la zona del golfo de Vizcaya, es informado de la acción del francés y ordena desplegar las velas de su armada para localizar al pirata, al que avista a la altura del puerto de Nantes. El avilesino ordena a sus naves el ataque inmediato. "El Portugués" trata de esquivar el combate y pone rumbo sur, hacia La Rochelle. Se entabla una enconada persecución, durante la cual Pedro Menéndez lanza varias andanadas de cañón a los barcos franceses, logrando liberar cinco de las naves vascas. Pero De Saintonge logra adentrarse con su buque en la rada de La Rochelle, antes de ser alcanzado por el avilesino. Sin embargo, no tiene tiempo de avisar a las autoridades de la ciudad para que echen la cadena que cerraba el puerto uniendo las torres fortificadas de La Llave y de San Nicolás, por lo que no pudo librarse de las acometidas del avilesino.

Efectivamente, Menéndez no se arredra y penetra en la rada. Aborda la nave capitana del pirata, llamada "Le Marie", y entabla con él feroz lucha hasta que consigue herirlo de muerte. Tras esta acción, solicita a las autoridades francesas permiso para salir de puerto, hacia España, con todas las naves españolas que Jean Alphonse había capturado. El 18 de septiembre de 1544 se había firmado la paz de Crépy-en-Laonnois, entre Francisco I de Francia y Carlos I de España y por tanto Menéndez debe demostrar que su ataque no es un acto de guerra contra Francia. Menéndez presenta el documento por el que el emperador le comisionaba para luchar en su nombre contra los piratas, y también demuestra que Jean Alphonse de Saintonge había apresado por la fuerza los buques vascos. Las autoridades francesas de La Rochelle no tienen otra opción que permitir a Menéndez hacerse cargo de los buques apresados por "El Portugués" y la salida de puerto. En las inmediaciones esperaba a su capitán la escuadra del avilesino.

Juan Antonio Alfonso era hijo de Jean Alphonse, y también tenía, como su padre, el apodo de "El Portugués". Tras la acción de Pedro Menéndez en La Rochelle jura vengar la muerte de su padre. El avilesino, que había recibido el encargo real de proteger los galeones que realizaban el tráfico con las Indias, había fondeado en el puerto de Santa Cruz de Tenerife. Enterado "El Portugués" de esta circunstancia zarpa con tres naves rumbo a Canarias y pretende entrar en el puerto para abordar las naves de Menéndez, emulando así la gesta en la que el avilesino había dado muerte a su padre. Pero, avisado por su hermano Bartolomé de la maniobra, y viendo que efectivamente los barcos de Juan Antonio Alfonso se acercan a toda vela en orden de ataque, Pedro Menéndez ordena a sus navíos abrir fuego con descargas cerradas de cañón sobre los buques portugueses. Una de ellas alcanza de lleno a la nave capitana enemiga. El buque se va a pique y "El Portugués" pierde la vida. A continuación Pedro Menéndez y su hermano Bartolomé abordan y capturan los dos barcos restantes.

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