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La columna del lector

Gracias, don Luis

Repasando tu larga vida como sacerdote y a tus casi noventa años, solo encuentro admiración y agradecimiento hacia tu persona por lo buen cristiano que eres, y me convenzo de que ya pocos quedan como tú. Luis Álvarez Suárez, gracias por todo lo que haces por mí, siempre estás en todo momento cuando te necesito y allá donde me llevas veo ese cariño que te tienen las personas en todos los rincones de Asturias, si duda por lo buen sacerdote y persona que eres.

Donde has ido conmigo te recuerdan siempre que vuelvo con todo cariño, como la gente de los arzobispados de Valencia y Madrid. El cardenal y arzobispo Carlos Osoro, al cual visito cada poco, te ha escrito unas líneas en un cuadro y asegura que te recuerda con cariño, insisto: por lo buen sacerdote que eres... El cuadro, por cierto, te lo entregaremos en un homenaje que te hará la hermandad que presido, la del Cristo de la Verdad y la Vida.

"Gracias, don Luis", te dice la gente por el cariño y amabilidad que tienes hacia ellos. De eso he sido testigo en infinidad de ocasiones y podría nombrar a muchísimas personas que opinan igual: Rosana, "la kioskera", como tú la llamas con gran cariño; Elena, Cristina, Delia, Ana... y las monjas María Luisa de Palencia y Sagrario de Torrelavega.

Y así muchísimas más personas que te quieren y siempre me preguntan por ti. Por tu carácter y buen hacer como sacerdote pienso que merecías más atención por parte del Arzobispado, pero te despidieron con una carta que te llevó el vicario, después de 62 años como pastor de la Iglesia por esas montañas de Sotres, Tielve, Camarmeña, Cudillero y hasta Cangas de Onís.

No conozco a nadie que dé más y que siga dando todo lo que le piden. Serías un buen obispo, no me cabe duda, pero a veces las cosas no son justas y esos cargos se los dan a otros, aunque muchos no te lleguen ni a la suela del zapato.

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