Casi al mismo tiempo, el Banco Central Europeo (BCE) y la OCDE se incorporan al diagnóstico de otros observatorios económicos advirtiendo de la persistencia de nubes negras sobre el conjunto de la economía de la Unión Europea (UE). El descenso, décima a décima, de los índices de crecimiento se fue haciendo cada vez más persistente al cerrar 2018, obligando al presidente del BCE a informar sobre las medidas que tomará la institución vigilante de la estabilidad financiera de la UE.
El presidente Draghi ha señalado criterios de política monetaria, en un salto atrás de acciones similares a las adoptadas a partir de 2012, cuando el BCE marcó los principios para una intervención en apoyo de la economía europea. Con matices importantes respecto a la quiebra en 2008, es palpable que la incertidumbre se está imponiendo desde el campo político y social, haciendo necesario contener la depresión con mecanismos de apoyo y liquidez.
De momento mantiene los tipos y subastará dinero barato entre la banca y que así repercuta en los préstamos a empresas y personas. Draghi ha rebajado el crecimiento del 1,7 por ciento del PIB al 1,1 por ciento para 2020. Las advertencias más serias han sido para Italia y Alemania; a España la ha avisado, lo mismo que hizo Bruselas con escaso éxito.
La reflexión a nivel español es que vamos camino de repetir los errores cometidos por Rodríguez Zapatero en toda su legislatura. Las buenas esperanzas económicas desde 2016 se están torciendo. La industria rebaja su actividad exportadora y en algunos casos esto ocurre por zafiedad política, como las críticas extemporáneas a la fabricación de automóviles, la falta de planificación en el suministro energético y la ausencia de sentido común en el control ambiental, capaz de cargarse actividades como la siderurgia y la caza.
El empleo se resiente de tanto indiscriminado intervencionismo y hasta las regulaciones caprichosas del turismo llevan a restringir la mayor aportación al PIB. En el campo de la gestión de fondos y bienes públicos, el escándalo es mayúsculo con miles de enchufados, chiringuitos y manifiestos presidentes incompetentes en empresas públicas. ¿Sabe interpretar un balance la presidenta de TVE?
Pedro Sánchez, "el pródigo" según algunos, en el tiempo de su limitada legislatura está socavando los cimientos económicos de un país que, a pesar de los separatistas, iba a más. Gobierna sin presupuestos, trampeando las leyes, repartiendo subvenciones o partidas estatales a cambio de apoyos políticos. Su egocentrismo le hace ignorar la tormenta que se extiende por el entorno europeo y global acelerando el riesgo de recesión.
