Hace unos días, 28.330 aspirantes de los que se presentaron 15.247 opositaron en Gijón a las 399 plazas a celador que ofertaba el Servicio de Salud del Principado de Asturias (SESPA). Tanta demanda evidencia que la falta de oportunidades de empleo, de empleo de calidad, la precariedad y los bajos salarios, sobre todo, convierten en muy atrayente dicha oferta que, aunque con un salario bajo que no llega al medio (El salario de los celadores, de media, en centros de atención sanitaria públicos es de 1.200 euros netos al mes aproximadamente) y una actividad de baja cualificación para la que sólo se exige como titulación el certificado de escolaridad o equivalente (aunque sea de las profesiones más importantes en sanidad, un celador de hospital es el profesional sanitario del grupo subalterno que vigila el cumplimiento del mantenimiento del orden y realiza otras tareas de apoyo como movilizar enfermos, trasladar documentos y objetos que le sean confiados por un superior, aseo de enfermos, etcétera), al menos, se garantiza la estabilidad con un empleo fijo y el respeto de los derechos y las condiciones laborales (jornada, Seguridad Social...) y salariales.

La generación más preparada de la historia es también la que se enfrenta a una tasa de desempleo juvenil que dobla la media europea, la emancipación de los jóvenes continúa sin superar la crisis y viven peor que los mileuristas de hace una década (estallido crisis en 2008). Sin embargo, mientras casi el 33% de los jóvenes españoles menores de 25 años está en paro, las empresas dicen no encontrar nuevo talento para incorporar a sus recursos humanos. Según un estudio de la escuela de negocios IESE de 53 grandes empresas entrevistadas, el 72% asegura que tiene problemas para encontrar empleados con los que cubrir sus vacantes. No por falta de candidatos, sino porque estos no tienen la formación que demandan, debido al alto abandono escolar, ya que el grado de estudios está directamente relacionado con el nivel de desempleo, a una penetración mucho más baja de la FP, que ayuda a generar el desajuste por arriba, y al desacople por sobrecapacidad, pues el tipo de carreras más estudiadas no se corresponden con las que tienen más demanda de empleo.

La tecnología ha actuado como un factor multiplicador del efecto de estos problemas. La digitalización en la que se encuentran inmersas todas las empresas, grandes y pequeñas, ha cambiado en muy poco tiempo el tipo de perfiles que buscan las empresas. Ahora necesitan profesionales capaces de llevar a cabo ese proceso de metamorfosis. Así, urgen expertos en big data, profesionales de la ciberseguridad, nanotecnia, domótica, analista datos-web, arquitecto información, omnicanalidad, SEM, SEO, etcétera.

Las soluciones pasan por educación, desarrollo de la I+D+I, apuesta por una subida de los salarios más bajos y por introducir cláusulas salariales en los convenios colectivos para que superen los 1.000 euros al mes netos.

En cuanto a la empleabilidad de los mayores de 45 años, deben orientarse optimizadamente los programas de reinserción en el mercado laboral. La evidencia disponible indica que el éxito de esos programas depende de la capacidad de ofrecerlos con una atención individualizada e intensiva durante periodos relativamente largos. Lamentablemente, en el caso de España esta capacidad es muy limitada por las restricciones presupuestarias y por la escasa eficiencia de los servicios públicos de empleo. Se hace necesaria una apuesta por la aplicación de métodos de perfilado para mejorar la empleabilidad de los parados; este método permite clasificar a los parados en función de su empleabilidad y ofrece indicaciones de las medidas más eficaces, permitiendo acciones preventivas dado que las estimaciones ayudan a identificar con precisión los colectivos con mayor riesgo de paro de larga duración.

Por su parte, las empresas reclaman alternativas como una colaboración más estrecha Empresa-Universidad, planes de estudio flexibles y ágiles, formación práctica y en competencias y potenciar, de verdad, la FP extendiendo el modelo y dotándolo de más prestigio.