Luis Ramón Fernández Huerga se despedirá de la política municipal para dar el salto a la autonómica con la aprobación definitiva del plan del casco histórico en el pleno, que pondrá fin a más de una década de conflictos legales y de otro tipo en torno a un documento clave para el desarrollo y la conservación de la "parte noble" de la ciudad. Será su epílogo a veinte años como concejal, todos ellos en el gobierno, donde ha desempeñado diferentes labores (actualmente, además de gestionar el área de Urbanismo es portavoz de su grupo). Enérgico orador, buen estratega y perfecto conocedor de todo lo que se cuece en la Casa Consistorial, su obra genera controversia entre propios y extraños porque no es un hombre de grises. Pero nadie puede negar que es una figura clave para entender los últimos mandatos. Su despedida no es total porque seguirá siendo secretario general del PSOE avilesino. Su influjo permanece.
