La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Crítica / Arte

El regazo de la cerámica

No deja de ser una declaración de intenciones el título de la muestra "Formas biomorfas" que alude al biomorfismo una tendencia, según la Wikipedia, "que parte de la utilización de formas y estructuras de los organismos vivos", siendo el término utilizado por primera vez, en 1936, por Alfred H. Barr. En este sentido la montenegrina Sonja Mijajlovic (Montenegro, 1979) ganadora del XXX Premio Villa de Avilés de Cerámica con la pieza "Las grietas del pasado", licenciada en fotografía por la Escuela de Artes Aplicadas de Belgrado donde ha desarrollado diversos proyectos de fotografía artística con numerosas exposiciones individuales y colectivas en galerías de arte en Belgrado y Serbia, se ha pasado a la escultura de material cerámico, a partir de su aprendizaje en el Escuela de Cerámica de Avilés, pero sin conformarse con las limitaciones formales y técnicas y apostando por interesantes registros expresivos.

La propia artista señala que todas las piezas de la exposición "comparten un estilo basado en la materia donde las texturas rugosas y lisas recuerdan a un paisaje orgánico, capturando su energía y siendo como un espejo en el que se proyecta la memoria de mi propio interior. Utilizo la grieta como las señas de identidad de mi obra porque transmite la sensación del paso del tiempo y a la vez contiene en si mi propia huella. Estoy interesada en el ritmo y la harmonía creada entre los colores, entre los espacios, líneas y texturas en la forma y en la superficie". Valga este largo párrafo para situar los conceptos y las emociones que transitan por estas esculturas, el inconformismo de los planteamientos y lo alejados que están de la cerámica convencional.

En la muestra se exhiben catorce piezas realizadas en gres, teñidas con óxidos naturales, y cocidas a muy alta temperatura. Destacan por su sobriedad, la búsqueda de una dialogo con la naturaleza hasta reconocer la pobreza del material con el que trabaja e insistir en ese trato táctil para lograr transfigurarlo. En este esfuerzo convierte el sentimiento, lo interior, en forma, los rastros en "Gravedad", el barro en "Evolución", títulos que reflejan una atmósfera de contención, la búsqueda de un lenguaje propio al que se incorpora, también, las peanas de hierro oxidado, gestos de fuerza al lado de los "Crepúsculos".

No cabe duda de que nos encontramos ante una propuesta interesante, una travesía que merece recorrerse, un sueño orgánico materializado, un empeño que ha encontrado un regazo en la cerámica.

Compartir el artículo

stats