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La espinera

Mayo, fractal

Me atraen esos objetos geométricos llamados fractales, cuya estructura básica se repite a diferentes escalas. El término latino del que procede: "fractus" significa fracturado, fragmentado. Mayo siempre me ha parecido un mes fractal. Si pudiésemos verlo intensificado, engrandecido o, por el contrario, empequeñecido, su estructura interna seguiría siendo la misma. Tanto si nos acercamos como si nos alejamos, vemos convencionalmente a mayo efímero y hermoso; quizás porque sea también el mes que siempre se asocia con las flores.

En mayo observamos de forma nítida la belleza pero también, como nunca, lo efímero y fragmentado y eso duele, como duele la misma pronunciación de "fractal".

La evasión -entendida como un retorno hacia la pureza- es tan necesaria como el aire que respiramos o la misma vida, y este es un mes que incita a ello. Quiero perderme entre flores impersonales y simbólicas, entre luminosas hortensias rosadas, blancas o azules. Quiero seguir el rastro de las azaleas, pero no las que crecen en macetas, sino esas otras que se esconden bajo la sombra de los árboles. Quiero absorber el ligero aroma de las petunias, observar cómo florecen sin permiso los lirios y camelias, las dalias y alhelíes.

Me acerco, desciendo y veo cómo cada mes de mayo mi madre sonríe mientras de nuevo riega los geranios. Mayo es el mes de las ventanas abiertas y el mes en el que toca desempolvar las bicicletas. Las risas resuenan como nunca, los bocadillos comienzan a saborearse de otro modo y extrañamente el salitre comienza a percibirse en la boca. Los abuelos pasean felices cogidos del brazo y comienza a sobrar la ropa y poco queda, queda muy poco, para sumergirnos por fin bajo las olas.

Pero me alejo, porque aquello que parecía tan cierto, ya no es verdad. Veo a mayo desde arriba, geométrico, bello, pero deshumanizado y desprovisto de emoción. Mayo, numérico y matemático; mayo de cristal como una vidriera gótica. Mayo hierático como una escultura egipcia. Mayo, hiriente, pero de pie como una navaja que aún desconociese el calor de la sangre. Te miro desde arriba y desaparece el tópico y la convención. Mayo, deja de ser florido y se vuelve enigmático y fractal como un sueño truncado de lirios, camelias, dalias y alhelíes, como si sonasen acordes de un piano que el viento desprendiera desgarrando el alma.

Lo siento, pero así es como yo te veo ahora, aunque sé que alguna vez no fuiste fractal, que en ti hubo rosas de té y hasta felicidad.

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