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Adios, Rico; adiós, amigo

Tanto tacto para conducir como para gobernar

Hoy ha sido para mí un día triste. Si ya de por sí la lluvia que descargaba desde ayer tarde y noche hizo amanecer un día gris, sin asomo alguno de luz, más gris se me hizo cuando me llegó la noticia de tu muerte, Rico. Porque son tantos los recuerdos maravillosos que guardo de ti que aún ahora me cuesta trabajo pergeñar estas cuatro líneas con las que quiero recordarte.

Nos conocíamos desde hace mucho tiempo, desde que tú te convertiste en el "chófer oficial" de nuestras salidas con el instituto Carreño Miranda. Aunque no fui la primera de la familia que viajó contigo, ya que, con diez años, en 1958, vi salir a mi hermana Elena con sus compañeros hacia la Expo de Bruselas en aquel maravilloso Leyland que parecía una caja de cristal y que llevaba en el morro el escudo del Real Oviedo, ya que era su bus oficial. Luego hubo muchas más ocasiones y tú siempre tan atento, a la carretera y a nosotros. Era todo un placer.

Luego marché para Sevilla, y, mira por dónde, tu carrera como Alcalde de Avilés la viví desde allí. No existía internet, pero sí existía Aida Recio que le enviaba a mi madre paquetes de periódicos para que estuviéramos al día de lo que ocurría en nuestra añorada villa.

No me extrañó en absoluto tu buen hacer como Alcalde. Hiciste una difícil transición y la hiciste con el mismo tacto y cariño que gastabas con nosotros. Poco a poco, con lo que buenamente podías disponer, iniciaste una renovación de los barrios orientales de Avilés: La Magdalena, La Luz supieron de tus desvelos.

Luego, en 1982 volví a Asturias y en nuestros encuentros esporádicos, en las fiestas del Carreño y en actos del Ayuntamiento, seguimos encontrándonos y charlando. Nunca dejaré de recordar la Pascua de 2019 como la última vez que tuvimos ocasión para ello.

Por eso, Rico, hoy me duele ser Cronista Oficial, porque he de asumir, anotar y recordar que nos has dejado. En menos de un año he tenido que despedir a dos alcaldes, a dos amigos, a Manolo y a ti. Estés donde estés, mi recuerdo y el de tantos avilesinos estarán contigo.

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