La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La cultura, una oportunidad para la reactivación

La obligación de contribuir desde el ámbito municipal a la adaptación del sector a la nueva realidad

La cultura ha ayudado a la población a canalizar sentimientos y experiencias complejas durante los momentos duros del confinamiento. En un movimiento transversal sin precedentes, la cultura se ha convertido en el principal acompañamiento de la población durante el aislamiento social ocasionado por la pandemia del covid-19. Hemos podido advertir como, sobre todo con el impulso de las posibilidades que ofrece la digitalización, los recursos de la industria cultural han eclosionado poniéndose al servicio de la ciudadanía. Definitivamente la cultura se ha abierto paso tejiendo mimbres participativos, poniéndose al servicio de las personas utilizando la tecnología y creando nuevos modelos de consumo.

Vivimos, en definitiva, la experiencia de la capacidad y del potencial creador, expresivo, interrogador y, cómo no, polémico de la cultura para re-significar nuestras vidas y nuestros espacios cotidianos.

Considero totalmente justificado el esfuerzo que ya se está diseñando desde los gobiernos central y autonómico para una ampliación de las ayudas directas a la industria cultural. También desde el ámbito municipal se deberá asumir la complementariedad necesaria en este aspecto. En el caso concreto de Castrillón, además de la inexcusable actualización y adaptación de la política de subvenciones públicas en materia cultural, la ocasión es propicia para profundizar en el desarrollo de un nuevo marco de acción cultural y trabajar en el diseño estratégico de nuevas políticas culturales que nos definan como municipio. El soporte conceptual para ese nuevo enfoque lo tenemos en la visión de la cultura que recoge la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en los que la cultura es el fundamento transversal esencial sobre el que se sustenta el crecimiento de otros ámbitos como el turístico, el patrimonial, el social o el medioambiental, por su capacidad para impulsar todos esos elementos locales desde la visión de universalidad que se le confiere. Supondría situar la política cultural en la centralidad de las estrategias locales de regeneración e implicaría el objetivo, en el medio plazo, de un proyecto de branding para Castrillón con la cultura como imagen de marca y contenido de referencia.

La metodología de trabajo para alcanzar ese objetivo debe estar sustentada en la participación y el conocimiento, porque no podemos, no debemos, olvidar que en el contexto más reciente la cultura ha sido el salvavidas de nuestra sociedad.

Además también conviene reflexionar sobre el pasado para aprender de él y tomar nuevos caminos si no queremos desdeñar las ideas compartidas con las que la praxis ciudadana nos está resituando ante la cultura. Innovación social e inteligencia colectiva conforman una nueva realidad que, sin ninguna

duda, sólo será posible alcanzar con un cambio de ruta.

Un itinerario adecuado para explorar la salida a momentos de especial dificultad, y el contexto actual lo es sin ninguna duda, es convertir las dificultades en retos. En tal sentido, parece certero plantear que en Castrillón estamos ante la oportunidad de propiciar nuevas maneras de relación y producción de formas culturales, profundizando en la idea de que la participación deberá ser el motor de un marco de acción cultural inédito que nos defina como municipio. Una nueva estrategia para afrontar el futuro dando la oportunidad de que la cultura sea el referente para diseñar el Castrillón que queremos, un municipio que vuelve a despegar.

Compartir el artículo

stats