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Quirós, la inteligencia emocional del deporte

El histórico capitán del Ensidesa que todos los equipos quisieran tener

Un amigo de Barcelona, Alberto Salas, al que entrene cuando era niño, me informó de la celebración del 45.º aniversario del Club Deportivo Ensidesa con ocasión del ascenso a Segunda División. Y la misma persona me facilito el contacto de un "loco" maravilloso de nombre Jorge Valverde. Investigador, donde los haya, sobre el fútbol en Avilés. Aún me parece increíble el trabajo de este señor, al cual espero tener el placer de conocer en breve.

Formé parte de la plantilla del Club Deportivo Ensidesa en la temporada 1971-72. No jugué muchos partidos, pero siempre guarde un gran recuerdo de mi estancia en ese club y en esa ciudad.

Las amistades que realice en Avilés me descubrieron el talante y el encanto de los asturianos y facilitaron el día a día como ciudadano y como futbolista.

El Club Deportivo Ensidesa era el Real Madrid de Tercera división. Los desplazamientos en buenos autobuses, todos los jugadores de traje y corbata, las instalaciones deportivas?incomparable con cualquiera de los otros clubs en los que milite antes y después de estar en el Ensidesa.

No me sorprendió en absoluto el ascenso pues ya en las temporadas anteriores contaba con unas plantillas de jugadores extraordinarios, incluso jugadores que habían militado en equipos de Primera División.

En la temporada 71-72 ya podíamos haber logrado el ascenso, la plantilla era espectacular. Recuerdo jugadores como Vallina, Antuña, Jose Luis, Novo, Gilabert, Quiros?y justo de este último quiero realizar algunas reflexiones.

En cualquier equipo de fútbol es muy importante la figura del capitán, siempre y cuando sea aceptado por el resto de los jugadores. El entrenador es importante pero el capitán es fundamental. Realiza tareas de gestión del grupo, un trabajo dificilísimo de cumplir si no posees de una serie de virtudes como la comprensión, la empatía, la capacidad de comunicación, de reflexión?

Quirós a pesar de su juventud conseguía establecer un ambiente en el equipo, de tranquilidad, alegría, siempre animoso, siempre tenía la palabra adecuada para cada uno de sus compañeros. Incluso cuando se enfadaba, pues tenía su carácter, lo hacía de una manera que no resultaba agresivo. En la actualidad diríamos que poseía una inteligencia emocional muy desarrollada.

Tenía, y seguro que continúa teniendo, para deleite de su familia y amigos dos virtudes sobresalientes. Es muy inteligente y posee una dosis de ironía muy alta que utilizaba con frecuencia, pero de manera adecuada. Su forma de actuar era una manifestación de sus valores.

Quirós era un jugador ni alto, ni bajo. Ni rápido, ni lento. Ni muy técnico, ni muy estratégico. Pero era la perfección de la regularidad. Poseía una visión de juego que le permitía estar siempre en el lugar y momento adecuado. Se anticipaba con una facilidad enorme. Ejecutaba bien el juego de cabeza.

Poseía la ley del equilibrio. Resolvía las situaciones más difíciles con una facilidad pasmosa. Era el jugador que todo entrenador desea tener en su equipo.

Estoy convencido que fue el capitán perfecto para la plantilla que logro el ascenso, al igual que lo fue en años anteriores y posteriores. El conjunto de virtudes personales junto a las riquezas futbolista hacían que fuera la persona idónea para ser el líder carismático que todo club necesita.

Así que, estimado capitán, felicitación por el ascenso, aunque sea con 45 años de retraso y un cordial saludo desde Barcelona. Extensivo a los compañeros con los que tuve el placer de compartir vestuario y ciudad. Mis saludos también a las amistades avilesinas.

Futbolistas hay muchos, pero con las virtudes de Quirós, encontré pocos. Por eso permanece en mi recuerdo después de tantos años. Nunca entendí como no llego a jugar en Primera División.

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