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Relevante, apreciado y respetado

León Pérez, una figura de la historia reciente de Castrillón

Don José María León Pérez ha sido una persona muy relevante en la historia reciente de Castrillón y Avilés y su comarca por muchos y variados motivos, aunque yo quiero centrarme, en esta luctuosa hora de su fallecimiento, en dos: haber sido Alcalde de Castrillón, el único de centro-derecha con el Partido Popular en la etapa democrática, y en su faceta profesional como médico.

De la primera quiero destacar su labor como Alcalde, apreciado y respetado por la inmensa mayoría de los vecinos del concejo, que impulsó el desarrollo urbanístico de Castrillón, concejo al que amaba profundamente, así como la mejora de muchas infraestructuras como carreteras, caminos, alumbrado, limpieza, recogida de residuos y abastecimiento de aguas, entre otras muchas actuaciones.

Como profesional de la medicina, cabe destacar de su dilatada vida profesional su trabajo como médico de empresa en la Real Compañía Asturiana de Minas y Asturiana de Zinc S.A. durante muchos años, así como médico analista de laboratorio en el Hospital San Agustín de Avilés y en su clínica particular, y director durante varios años del Hospital de Caridad , también de Avilés.

En todas estas actividades, José María León, Pepelón, como se le conocía popularmente, dio muestras de buen hacer, rigurosidad, dedicación, educación, espíritu conciliador y discreción, lo que le granjeó el aprecio y el respeto de todos. En la política y en la Alcaldía supo siempre anteponer los intereses del concejo a todo lo demás, a los intereses particulares y partidarios, y los electores se lo supieron premiar con sendas victorias que lo llevaron a la Alcaldía de Castrillón.

Por todos estos motivos y muchos más de los que fue protagonista, impulsor o colaborador, José María León fue en definitiva una figura relevante desde el punto vista político, profesional y social de la segunda mitad del siglo veinte y del comienzo del veintiuno en nuestra comarca, y como tal se merece nuestro reconocimiento y aprecio. Por eso, en este final del camino, es justo reconocérselo y enviar a su familia nuestro sentimiento de pesar y de ánimo.

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