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Aquellas lavanderas de Fuentecaliente

Las condiciones favorables del caño de Cancienes para una actividad ya desaparecida

Fuentecaliente es una localidad sitiada al suroeste del concejo de Corvera de Asturias, perteneciente a la parroquia de Cancienes lindando con el concejo de Llanera a una altitud de 280 metros, consta de 6 viviendas situadas en la estribación del pico Aguilero. El topónimo viene de la fuente de aguas termales allí existente con un caudal muy regular de 40-45 litros por minuto a una temperatura de 18-20 ºC. todo el año. Esta condición benigna de la fuente propició que un grupo de 10 ó 12 mujeres del entorno se dedicaran profesionalmente al lavado de ropa a mano de familias de Avilés, con tarifas de precios acordados entre ellas según el tamaño y calidad de las piezas, aunque la de mayor precio era la sábana que andaba próxima a una peseta la pieza. Suponía un gran esfuerzo y sacrificio para ellas aquel laborioso trabajo: por el lavado a mano en el lavadero allí existente, por la dificultad del secado en días de lluvia y por las malas comunicaciones ya que los caminos fuera de la carretera de Arlós eran "caleyas".

A pesar de todas aquellas dificultades "les llavadores" como se las mencionaba coloquialmente acudían con sus caballerías una vez a la semana a "La Villa" como solían decir, a entregar y recoger la ropa en sacos que con mucha curiosidad ellas aparejaban en sus animales, burros y caballos que ellas llevaban del ramal caminando junto a ellos. Mis recuerdos sobre dichas lavanderas vienen de los años 40, y la amistad era principalmente con las de Bango que se paraban en la casa donde yo residía entonces con mi familia en La Ablaneda en el kilómetro 2 de la carretera de Arlós. Solían cambiar allí de calzado y a veces tomar un trago de agua, las cuales ofrecían cariñosamente ayudas que mi madre gustosamente aceptaba encargándoles la compra de pequeñas cantidades de artículos de primera necesidad en tiendas que ellas conocían, con precios menos abusivos --en lo que era la época del estraperlo- complementarios al mezquino racionamiento de aquellos años 40 de hambre y necesidades. Los traficantes ambulantes ofrecían artículos del mencionado estraperlo a precios desorbitados inalcanzables para muchas familias.

Aquella actividad de lavado de ropa a mano fue decayendo a mediados de los años 50 con la aparición de las lavadoras de cajón con agitador radial y temporizador manual, y a partir de los años 60 con la novedosa lavadora automática de tambor en el mercado, las lavanderas fueron perdiendo paulatinamente demandantes de sus servicios, con lo cual algunas de ellas fueron abandonando esa actividad y otras siguieron varios años mas hasta el abandono casi total. Aunque el lavadero sigue allí útil para quien lo quiera usar.

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