La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Todo por el fútbol

El infantil del Bosco Jorge Barquero, que sufrió siete lesiones esta temporada en la misma rodilla, ya piensa en volver a jugar tras operarse, porque "es mi vida"

Jorge Barquero, infantil de El Bosco, en el banquillo del campo de Santo Domingo. MARA VILLAMUZA

El fútbol es un estado de ánimo. Si la frase de Valdano es cierta, el infantil del Bosco Jorge Barquero tiene un gran futuro en el balompié. Desde que se lesionó por primera vez en su rodilla derecha, el pasado 3 de julio, el joven de 13 años recién cumplidos ha recaído seis veces en la presente temporada de la misma dolencia. La última, el 3 de abril, cuando sufrió una pequeña rotura en el menisco por la que tuvo que ser operado. A pesar de ello, no pierde la ilusión. "Es que el fútbol para mí es lo más importante. Pagaría cualquier cosa por poder jugar ya mismo. Los estudios también me importan, de hecho saco buenas notas, pero el fútbol es que lo es todo para mí", reconoce bien humorado el mediapunta.

Jorge Barquero apenas ha podido jugar esta temporada. Es lo que tiene siete lesiones de rodilla. La más reciente fue el 3 de abril, justo el mismo día que se recuperó de la anterior. "Estaba jugando al fútbol en el Marcos del Torniello tan a gusto y en un forro -cuando dos jugadores golpean a la vez el balón- noto que no me duele pero que no puedo estirar bien la pierna". El resultado: rotura del aspa del cubo del menisco, y una operación en la que, afortunadamente, todo salió bien. Barquero pasó por el quirófano el 18 de abril. Tiene para al menos un mes de baja, por lo que tampoco jugará lo que le queda de su año a su equipo, el infantil B del grupo 5 de Tercera. "Yo quiero estar listo para la pretemporada del año que viene. Eso sí, el viaje de fin de curso con el equipo, a Benidorm y al parque de atracciones, no me lo voy a perder", asegura el futbolista, que no teme volver a lesionarse. "No, miedo nunca. En el fútbol es algo que te puede pasar", afirma como si ya fuera todo un veterano.

El periplo de lesiones empezó el 3 de julio en el colegio Marcos del Torniello durante la celebración de un torneo infantil de fútbol. "Estaba defendiendo. Fui a sacar el balón de la línea y me golpeé con el poste". Desde ahí hasta que le diagnosticaran un derrame en la rodilla, regresó a los terrenos de juego y a recaer tres veces. "Me volví a jorobar mientras iba en bicicleta, nadando en mi pueblo de Extremadura y en patinete, ya en Avilés", apunta.

Sin embargo, en otro partido vuelve otra vez a lastimarse en su ya maltrecha rodilla. Con la mosca detrás de la oreja, antes de haber pasado por clínicas de Avilés y de Extremadura, en Gijón le dan el diagnóstico definitivo: después de tanta metralla, el menisco no está en buenas condiciones, por lo que se extreman las precauciones a la hora de jugar. No obstante, todo futbolista, incluso los más jóvenes, sabe que las lesiones depende también de la suerte. Y en el caso de la penúltima vez que se rompió Barquero fue más mala que nunca: "Estaba en un partido de mi primo y en el descanso dando unos toques se me volvió a salir la rodilla".

"Es que no se le puede parar. A ver si sale para adelante con buenos médicos y puede hacer lo que le gusta", señala comprensiva su madre sobre su retoño, un absoluto loco de este deporte. Y es que Jorge Barquero, a pesar de su corta edad, ha visto el lado más dramático del balompié nada más y nada menos que siete veces. Sin embargo, no pierde la sonrisa, lo que demuestra que el fútbol es un estado de ánimo.

Compartir el artículo

stats