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La Atlética, de madre a hija

Carmen Morís, cuya progenitora jugó en la última plantilla de la Atlética Avilesina de baloncesto femenino hace 31 años, disfruta en el club: "Entre todas formamos una familia"

Carmen Morís, una de las escoltas del nuevo equipo femenino de baloncesto femenino del Alecar Atlética Avilesina, se enteró el año pasado en Italia de que iba a jugar allí. Cuando lo supo, rápidamente se lo contó a su madre, Maite Hernández. No le pudo hacer más ilusión. Y es que su mamá formó parte de la última plantilla de la Atlética Avilesina, esa que echó el cierre hace ahora 31 años, y que ahora vuelve después de tres décadas pisando fuerte.

"Somos como una gran familia", explica Morís, que tiene 24 años. Se lleva especialmente bien con Teresa Domínguez, que juega de base, y con Sara Iglesias, que es pívot. Llevan tres años seguidos jugando al baloncesto, en el Avilés Basquet, del que proceden muchas de las jugadoras que actualmente se enrolan en la Atlética Avilesina. "La Atlética nos eligió a nosotras. Entre los dos clubes había buena sintonía y se buscó que siguiéramos jugando juntas, pero ahora aquí", comentan las tres.

La historia más llamativa en la cancha de El Quirinal, donde entrena el equipo dos días a la semana -uno de las sesiones se hace en Los Canapés- la sigue teniendo Carmen Morís. Su madre, Maite, no solo formó parte de esa última plantilla de la Atlética, sino que su padre entrenó a su madre en ese equipo. "Se enamoraron y se casaron", cuenta, no sin cierto sonrojo, Morís.

"Es una apuesta arriesgada sacar un nuevo club de baloncesto en Avilés", avanza por su parte, Teresa Domínguez. Y es que no son pocos los clubes que ahora mismo tienen una sección de féminas sobre las canchas. "Es de agradecer claro que sí, además en Avilés tenemos una plaza fuerte en el baloncesto femenino en Asturias. Se atraviesa una buena situación", destaca Domínguez, justo antes de irse a entrenar.

Lo que se destila sobre el parqué avilesino sobre el que se ejercita la plantilla es buen rollo. "Entre nosotras quedamos para salir y hacer otras cosas, somos más que un equipo, somos amigas", apuntan las jugadoras. Ese buen ambiente se deja notar en los motes que se ponen entre ellas. Por ejemplo, Sara Iglesias es "el tanque de Pillarno". Y Teresa Domínguez es "Sita". "No sé por qué me lo pusieron, lo arrastro desde el instituto. De Teresa a Teresita y de ahí a Sita", comenta la mujer, que tiene 26 años.

Ese buen rollo a veces hace enfadar a Diego Santos y a Javier Candás, los dos entrenadores del equipo que en la temporada del debut milita en Primera Autonómica. Los dos se compenetran entre ellos y ninguno tiene prevalencia sobre el otro. "Tratamos de organizar los entrenamientos de forma pareja, aquí no hay ni primer ni segundo entrenador", comentan los dos técnicos, que ya atesoran varios años de experiencia en el baloncesto avilesino.

"A veces se enfadan, porque entrenamos después de venir a trabajar y somos amigos y no nos hemos visto en todo el día y claro, pues le damos mucho a la lengua y cosas así", ríen las tres jugadoras. "Candás no necesita gritarte para hacerte ver que están enfadados. Solo con una mirada ya sabes que lo estás haciendo mal", aseguran.

El equipó arrancó la temporada en Primer Autonómica este fin de semana pasado. Lo hizo de la mejor manera posible: venciendo y convenciendo. Se impusieron a domicilio (50-65) al Castrillón. Una bonita manera de volver a las canchas 31 años después. Y si no que se lo digan a Carmen Morís y a su madre, que demuestran que la Atlética Avilesina es un valor que se transmite de madres a hijas.

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