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Entrenador de balonmano

Ponerse en forma

Los equipos cada vez juegan más partidos, por lo que los técnicos tienen poco tiempo para dedicar a los entrenamientos

Hay una máxima entre los entrenadores que dice: "Asi como entrenes, así jugarás". Osea si entrenas corto, suave, blando no se puede ganar partidos. Hay que entrenar largo, duro, fuerte, intenso de forma que los partidos sean menos que cualquiera de los entrenamientos. Pero eso parece que empieza a acabarse porque cada vez hay menos tiempo para entrenar. El deporte puede ser muchas cosas: simple ejercicio, un juego, un puesto de trabajo, un espectáculo pero ahora sobre todo es un negocio. El deporte de élite enriquece a sus protagonistas desde los jugadores a los técnicos y los dirigentes. Por eso cada vez hay más partidos. El fútbol cada vez tiene más torneos, ligas, copas, supercopas, mundialitos, amistosos. Luego están los partidos que hay que jugar con la selección que también tiene cada vez más competiciones. La NBA, esto es el baloncesto profesional norteamericano es el paradigma de la explotación del espectáculo deportivo. La liga regular dura 82 partidos y hasta 50 más si se llega a la final agotando todos los encuentros posibles, con interminables eliminatorias al mejor de cinco encuentros e incluso al mejor de siete en la final. Un jugador de máximo nivel como el base Stephen Curry puede llega a jugar más de 130 partidos en una temporada y todos en 10 meses porque hay un mes de vacaciones y otro para realizar la pretemporada, para prepararse y acoplarse. Luego si se juega los fines de semana y también los miércoles y hay que realizar grandes viajes y algo tendrán que descansar ¿cuándo se entrena? El fútbol europeo ya está entrando casi en estas cifras. Un jugador pongamos por ejemplo Sergio Ramos puede llegar a jugar más de 70 partidos por temporada y esto en un campo de juego que es tres veces más grandes que uno de baloncesto. Todo ello trae consigo mucho dinero y ahora con las apuestas deportivas, mucho más. Pero también tiene consecuencias negativas, una de ellas es la pérdida de calidad en el juego porque es imposible jugar tantos partidos siempre a un buen nivel. Otra serían las lesiones como la que sufrió el base del Real Madrid, Sergio Llull o las de las rodillas del bueno de Rafa Nadal. Aparecen entonces las rotaciones y por tanto las plantillas muy largas. Ahora no gana una gran competición el equipo que tiene una gran alineación sino el que mejor fondo de armario poseé. La segunda línea se convierte en tan importante como la primera. Si apenas entrenamos, ¿cuándo nos acoplamos? ¿cómo conseguimos pulir los defectos? En un futuro no muy lejano los entrenadores vamos a ser cada vez más gestores de los banquillos. Para entrenar se dispone de un nutrido grupo de profesionales de todos los ámbitos: segundo entrenador, preparador físico, psicólogo, médicos, nutricionistas, fisios, estadísticos... Es muy conocido que el gijonés Luis Enrique cuando era entrenador del Barcelona llegó a disponer de un equipo de colaboradores de 23 profesionales ¿hasta dónde vamos a llegar? La ambición humana no tiene límites pero la capacidad física, sí.

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