Cumple trece años al frente del Veriña, con el que ha vivido los sabores y sinsabores del fútbol base. A sus 60 años, Gonzalo Llano presentará mañana elecciones a la presidencia del club gijonés y, aunque su primera intención es poder continuar al frente, no descarta nada. Es un hombre de fútbol y por ello está ligado a él por los cuatro costados ya que también es delegado de ProLiga de Segunda B y Tercera División, además de colaborar en la asesoría jurídica y recursos humanos. Su pasión le mueve y se pronuncia con claridad ante los problemas que concibe en el fútbol base asturiano y gijonés. Su mayor preocupación: la formación de los jugadores e inculcarles los valores positivos del deporte.
- El miércoles convocará elecciones a la presidencia.
-Acelero el ciclo porque en el 2019 las tenía que presentar. Si hipotéticamente alguien quiere optar a ser presidente, la temporada ya está encauzada.
- ¿Seguirá al frente?
-En principio pesa más que siga a que no lo haga. Este club lo cogí en una situación caótica. Ahora, se está trabajando, se intenta mantener en unos órdenes dentro de lo que el fútbol base se mueve, pero creo que se puede hacer una labor mejor. Hay que trabajar en otra dirección y tener las cosas más claras.
- Si continúa como presidente. ¿Qué meta se marca?
-Más allá de lo deportivo, la idea es desarrollar el club de alguna forma, pero necesito casi gente profesional a mi lado. Hay que darle algo más a la gente, sea al precio que sea, buscar ese punto de encuentro para que a los jugadores desde abajo se les dé formación. No entiendo el entrenador de fútbol base que entrene igual que Lopetegui, son códigos y edades distintas. Entiendo que hay que cambiar eso, no me dice nada que un entrenador tenga el nivel 3. También me gustaría tener un código deontológico en el fútbol base. Hay una Asociación que podríamos tirar de ella para hacer las cosas ordenadas.
- ¿Ha cambiado mucho el fútbol base desde el 2005 hasta hoy?
-Inmensamente. Hay muchos problemas en el fútbol base y sobretodo en el aspecto económico. Sufres más ahora que hace 13 años, antes había más ayudas. A nivel de Principado de Asturias, antes te cubrían todas las licencias, ahora ni el 10%. Las Federaciones ayudan lo justo o nada y al final dependemos de un porcentaje alto de las cuotas de los padres. El que es rico coge el fútbol profesional, no el fútbol base, así que hay que seguir peleando. Si por ejemplo el Ayuntamiento de Gijón asumiese el mantenimiento del gas, agua o luz, sería feliz.
- ¿Percibe que son necesarios muchos cambios en el fútbol base?
-Habría que reorganizar las categorías. La masificación que se vive en el fútbol habría que regularla de otra manera porque la competición está desorganizada, habría que igualar las edades. Por otra parte, el arbitraje es sangrante. Un club como este, con veinte equipos, gastamos entre 11.000 y 12.000 euros en arbitrajes. Creo que eso debería de compensarlo la Federación. Alguien debe de pararse y decir hasta aquí . No hay recursos para todo.
- Deslizaba antes el tema de los entrenadores. ¿Qué influencia tienen?
-Hay muy poca preparación para los entrenadores del fútbol base. No creo que tener el nivel 1, 2 o 3 te dé la capacidad para ejercer, hace falta mucho más. Se necesita gente con experiencia, que tenga mano y funcione. Ahora mismo los padres tienen una gran influencia y exigen y, esa exigencia, a veces te desborda, porque la formación es fundamental en el fútbol y en cualquier deporte.
- ¿Con qué momentos destacados se queda del fútbol?
-Desde el 2005 que lo cogí hay dos hechos fundamentales: el ascenso a División de Honor (temporada 2011/12) y el subcampeonato de España de benjamines. Cada uno con su dificultad ya que ser campeón de Asturias con el Sporting y el Oviedo es muy difícil. De lo que más satisfecho estoy es que el Veriña estaba arruinado en 2005 y ahora está muy vivo. Pelearemos para recuperar lo que fuimos, aunque es muy difícil.
- ¿Y los peores?
-El "fair play". No se ha avanzado nada en este tema. Cada fin de semana se ven situaciones en la grada que te cae el alma a los pies. Entiendo que este deporte a mí me ayudó a ser persona y lo de la grada ahora mismo es lamentable. Se hace muy poco por ello. Hay difusión cuando hay un hecho grave, pero hasta ahí, no se quieren hacer jornadas de tal o cual y me llama mucho la atención. Estamos hablando de la esencia de la persona y el deporte, unos valores que no se tienen y que se incide muy poco en ello.
- Se encontraba dentro de una comisión par que reinase el "fair play". ¿Qué sucedió?
-Fue un intento y se quedó en nada. Intentamos tirar por ello desde la Asociación de Derecho Deportivo de Asturias, pero al no ser una asociación profesional, cuesta mucho hacer jornadas y la participación es escasa cada vez que organizas algo. Te desmoraliza porque parece que no tiene importancia. Hay que darle importancia a más cosas que no sea pegarle al balón.
- ¿Qué opina sobre el camuflaje de los resultados?
-Ahora hay ese debate. Al final, si perdiste 25-0, da igual que se ponga en la prensa o no, el crío que juega lo sabe y se lleva 25 goles para casa. Por eso hay que reorganizar las competiciones, un equipo por categoría, con el criterio de la edad.
- ¿Cuál es el estado de salud del fútbol base?
-Desde mi punto de vista, muy malo. No lo veo bien ni económica, ni deportivamente. Somos asociaciones con mucha gente y tenemos obligaciones fiscales, laborales y demás. Hay que tener gente preparada para todo esto y como entiendo que no existe eso, hay un margen de mejora brutal. Las Federaciones a través de las territoriales tienen que tener la suficiente capacidad económica para que se desarrolle la base de otra forma, no podemos estar tirados cuando el mundo del fútbol genera lo que no está escrito. Si los clubes paramos. ¿Dónde van los críos a jugar? Un club como este al cabo de la temporada son 60.000 euros de gastos, existe hay un desamparo total. Habiendo tanto dinero en el fútbol profesional, que estemos así.
- ¿El Veriña va a entrar en el futuro, en el convenio que existe entre el Sporting y los equipos de la ciudad?
No. La cuantía económica debería de ser más elevada y los objetivos que marcan no me convencen. Tendrían que ser a futuro y a presente, con una participación de verdad e implicarse. Por ejemplo, si necesito un coordinador para fútbol-sala o un entrenador para el alevín C, poder llamar a Mareo y que me digan: éste te lo cedo. Y yo, entonces, trabajo para ti. Es un convenio que se podría mejorar e ir más allá de cobrar 2.000 euros u 800. Este convenio vale 50.000 euros y no los 20.000 euros que hay ahora para los clubes de Gijón.
- El resto de clubes aceptaron.
En su día yo tenía ya firmado el convenio con el Oviedo. Pero seguramente no lo hubiese firmado tampoco, no va a servir para desarrollar el fútbol base por una cantidad irrisoria. Lo de hoy en día, no lo firmo, tajantemente.
