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El Rayo, un equipo con solera

El conjunto de Villalegre juega en uno de los pocos campos de tierra de Asturias y es la refundación de un histórico conjunto de la década de los años setenta del barrio avilesino

El Rayo, un equipo con solera MARÍA FUENTES

En el barrio de la luz, sobre un terruño juega un equipo de esos que ante la falta de medios lo que acumulan es solera. El Rayo Villalegre se fundó en 2013, pero no es ningún recién llegado al fútbol avilesino. Hunde sus raíces en la década de los setenta, de otro club que jugaba con el mismo nombre y que nació en 1923. Además, en la fiebre de los campos de césped sintético, el Rayo Villalegre juega como antaño en uno de los pocos campos de tierra que aún sobreviven en Asturias.

"Somos un histórico, pero más por la fecha de fundación que otra cosa, porque ni antes lograron pasar de categorías amateur ni ahora estamos para echar cohetes", afirma su presidente, Luis Alfonso Padrón. Luis Alfonso encabeza una directiva de cinco personas, el mínimo que exige la federación para constituir una sociedad deportiva. Su mano derecha es "Satur", un compañero de fatigas que le hecha una mano en esta aventura por el fútbol de barro. El resto de directivos son sus esposas y el hijo. "Somos cinco porque es lo mínimo, pero todo lo hacemos entre él y yo", reconoce el dirigente.

El Rayo adquirió cierta relevancia debido a sus reclamaciones. En las últimas temporadas no era extraño ver al club con varios partidos jugados menos que sus rivales. El campo de La Luz se inundaba con facilidad en épocas de lluvia. Ahora, gracias a la instalación de un sistema de tuberías este verano, ese pedazo de tierra donde se juega a un fútbol primigenio aguanta las inclemencias del tiempo. "Hace dos semanas, cuando llovió tanto, hubo partidos en La Toba que se suspendieron, pero el nuestro aguantó como un campeón", afirma Padrón.

El Rayo se peleó la pasada temporada por conseguir una nueva superficie de juego. El Ayuntamiento está por ahora de nones. "La pelota la tienen en su tejado", recuerda Padrón, que a falta de que en su campo florezca la hierba sintética, se consuela con que el primer equipo -tienen un alevín, un infantil y un juvenil- esté haciendo bien las cosas. "Empezamos algo mal, pero ahora ya acumulados dos victorias seguidas", concreta.

Su entrenador, Pedro Guitián, lleva desde la refundación del equipo, salvo con un paréntesis en el Marino de Cudillero. "Se quedará tanto tiempo como quiera, porque nosotros no estamos para despedir a nadie", ironiza Padrón. El Rayo no solo es un equipo con solera por sí mismo, sino que además encierra historias deliciosas como las de su portero, Roberto Rodríguez, ahora lesionado y que a sus 40 años, cumplidos en verano, acumula 20 bajo los palos.

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