En esta ocasión se vertebra una ruta que parte de las inmediaciones del famoso puente romano, tras el restaurante del mismo nombre, se coge el camino-senda que se pega a la orilla del río Sella, cruzando la Vega de Dego, hasta llegar al pueblo de Aballe donde se prosigue la ruta hasta el edificio de la Central Eléctrica, donde se deja la carretera para tomar una senda estrecha, que da servicio a los cotos salmoneros del Sella, se rueda en plano hasta entroncar de nuevo con la carretera que viene de Tornín.
Nuestro destino más inmediato es Santianes, un nuevo un tramo de asfalto en plano que nos permite llegar al pueblo y atravesarlo hasta desembocar en un amplio camino que se deja unos metros más adelante, para cruzar la pasarela colgante sobre el río Sella (6,7 km. 52 mts. de alt.).
Cruzada la nacional 625 que va hacia el Puerto del Pontón, se entra en el ramal pistero que se pega ahora rumbo Sureste a las orillas del río Dobra, así durante algo menos de 2 km., que es el punto de retorno obviando la visita a la Olla de San Vicente, al menos con bicicleta. Se da vuelta sobre nuestro rodar hasta quedar de nuevo al par de la N-625, virando a la derecha para ir carretera abajo, dejando atrás Tornín, un poco antes de la aldea de Barredo, tras haber rodado unos 11,7 km. y con apenas 43 mts., de altitud, se entra en la pista que a la derecha que nos presenta unos 6 km., de subida con unos 500 mts., de desnivel a escalar.
La subida por este singular Martirolo, presenta tramos con pendientes del 28%. Tras la dura ascensión se entronca con el trazado del GR105 de las Peregrinaciones, con el cual se conecta a los 14,8 km, y a 430 mts., de cota, ahora resta llegar a la Jorcada .Desde aquí se baja al pueblo de Següenco, que se cruza rumbo Sur, un poco más arriba desde la Cueñe se sube al Mirador de Següenco. Desde esta impresionante atalaya se retorna de nuevo a la zona de la Cueñe para bajar por el camino tomando como referencia la pista de concentración parcelaria que cruza toda la zona, y por la cual antiguamente iba la calzada de Omedina hacia La Riera. La ruta trazada obvia tan complicada bajada hacia la Riera, para descender hacia el valle por las citadas pistas de concentración parcelaria presentando una bajada desde la Cueñe hasta el valle de unos 8 kilómetros de descenso, perdiendo unos casi 500 metros de desnivel.
Se pasa durante la bajada por la majada de Carbayín, y el pueblo de Torio, cuando queramos darnos cuenta estaremos en el pueblo de Las Balsas, o sea en la carretera de Soto Cangas a Covadonga (AS-262).
Se entra en Soto Cangas, para coger el camino que por la Priva nos sube hacia la aldea de Isongo, aunque en un momento dado nos vamos por un invitador camino que nos deja ante la AS-114 y a las propias puertas del enclave caminero de Corao, con 31 kilómetros rodados.
Ahora queda el regreso a Cangas de Onís, tras salir de Corao, cruzando la AS-114, se toma el viejo camino del Palacio de Labra, aunque se deja al poco para cruza la riega por un pequeño puente para alcanzar la AS-340, que se cruza para subir por Coraín, y seguir trepando hacia Srobrecueva, lugar donde se gira por un camino a la derecha que nos lleva al poblamiento de Paroro, donde ya solo queda en pie el viejo palacio de los García Labra.
De Paroro, se sale por el camino que va por entre las viejas construcciones, para lo cual hay que empujar un rato la bici un rato, para de nuevo ciclar dejándose caer hacia la aldea de Perlleces, conectando con el acceso rodado que recorre estos montes que perlan las aldeas de Onao y Cardes. En este último poblamiento se coge el camino de la Cueva de Buxu, y ante unos altos paredones calizos se vira a la izquierda hasta coronar el alto de Las Roces, donde nos volvemos a montar en las bicicletas bajando hasta llegar a las puertas del pueblo de Celango, cuyo acceso rodado que baja por la aldea de Helgueras, nos llevará hacia de Cangas de Onís.
