Cuando la Curtidora Universidad de Oviedo realizó su presentación oficial en el polideportivo de Los Canapés, el recinto municipal se quedó chico para dar asiento a tantos asistentes. El conjunto avilesino ha crecido y lo ha hecho por la base. Sobre todo en los colegios, el club ha estirado sus límites y ha logrado sacar varios equipos de nuevo cuño en varios centros escolares.
En total, juegan al voleibol en la Curtidora 204 personas, repartidos de la siguiente manera: 84 en el club -desde los dos infantiles hasta los adultos, pasando por el equipo senior en Primera División- y 117 en las escuelas deportivas -desde alevines hasta los minibenjamines-. "Se quedó pequeño el pabellón, la gente tenía que sentarse en las escaleras", reconocía el presidente de la entidad Javier Díez cuando se le pregunta por este crecimiento que ha experimentado su club en la última temporada.
Todo ello se debe a una labor de difusión por los colegios. El buen trabajo realizado en los meses finales de la campaña pasada ha dado sus frutos al inicio de esta. El crecimiento ha sido desmedido y ha costado organizarlo. "Al principio fue complicado encontrar entrenadores, pero logramos resolver este problema", dice el dirigente. Béndito problema, dirán desde fuera.
La joya de la corona sigue siendo el Primera División. El equipo marcha bien clasificado en la tercera categoría del voleibol nacional. Comenzó renqueante la temporada, con varias salidas a Madrid y los problemas de incompatibilidades laborales de algunas de sus jugadoras. Pero tras lo últimos partidos en casa, las avilesinas han enderezado su rumbo. De ahí el puesto en la tabla. Son sextas clasificadas, con 12 puntos en su casillero, y con una buena distancia con el descenso, lo cual supone el cumplimiento voluntario del objetivo marcador al principio de la temporada: la permanencia.
"El futuro del club a corto plazo debe ser consolidar este crecimiento que hemos tenido", apunta Díez. "Sobre todo en las escuelas deportivas, sabemos que crecer tanto como este año es casi imposible, pero la idea es poder mantener todo lo que tenemos", prosigue. "Quizás podamos sacar algún equipo más. Si lo logramos, bienvenido sea", continúa. "Las entrenadoras las sacaremos del equipo juvenil, que poco a poco van metiéndose en ese rol de entrenar a un equipo", explica el presidente.
A más largo plazo, La Curtidora podría embarcarse en proyectos más desconocidos, como sacar un equipo masculino en categoría senior, aunque por ahora, el club lo ve muy lejano. "A día de hoy, no tenemos mimbres en la comarca para ello. Poco a poco, tenemos más niños y el objetivo es juntarlos en un entrenamiento el año que viene, sobre febrero, para que se puedan conocer e ir jugando entre ellos", avanza el directivo.
Ya hay algunos varones que destacan en el voleibol avilesino. Es el caso de Eduardo López, que fue el mejor jugador benjamín de la región la pasada temporada y que ha sido convocado recientemente para participar en la selección asturiana de categoría infantil, por lo que su crecimiento, como el de su club, sigue viento en popa.
En definitiva, el voleibol en la ciudad goza de la misma buena salud de la que puede presumir La Curtidora Universidad de Oviedo. Solo hay que mirar la cantidad de equipos que tienen, señal de el voleibol crece en Avilés.
