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Senderismo

La senda de Barru a San Antolín de Bedón

Senderistas posan en un enclave de la ruta con el Cantábrico al fondo. LNE

La ruta propuesta discurre entre las playas de Barru y San Antolín de Bedón siguiendo el curso del sendero europeo E-9, que procedente de las costas del mar Báltico, llega hasta Punta Tarifa en Cádiz. La ruta, que es coincidente en muchos de sus tramos con el Camino de Santiago, comienza en el aparcamiento de la playa de Barru (4 m), adonde llegamos desde la A-68 a partir de la rotonda que distribuye direcciones a Posada de Llanes y Barru, respectivamente (Ll-10). Desde este último lugar, nos vamos con sentido occidental por la trama semiurbana de los barrios del Corral y La Güera hasta llegar a la ensenada de Barru, que está ubicada a media distancia del pueblo de Niembru. Con pleamar, en sus aguas se refleja la bonita iglesia de Nuestra Señora de los Dolores. Seguimos nuestro pausado caminar por la carretera circundando la ensenada hasta toparnos a nuestra izquierda con la edificación del molino del Puente, bajo el cual discurre el arroyó Calabrés. Lo cruzamos y en seguida aparece a la izquierda de la marcha la diminuta capilla de Santín, que dejamos atrás hasta que llegamos al barrio del Socuetu de Niembru (10 m) -2 km en 45 min de marcha-. Allí y tras dejar momentáneamente la costa, emprendemos una sostenida ascensión que discurre por su trama urbana, que está salpicada de buenas edificaciones, como también la ermita de San Miguel, ubicada en una finca privada. Más adelante ya aparecen hacia el Este unas bonitas panorámicas de la costa llanisca y en un primer plano la Ería y la playa de Toranda. La ruta se prolonga manteniendo su pendiente y hollando el carril asfaltado que va en dirección al Mirador. Con ese marcado rumbo dejamos a la izquierda el camino señalizado, insistiendo en nuestra aproximación al Mirador y a la playa de Torimbia, variante no contemplada en el itinerario E-9. Tras superar otro pequeño recuesto nos plantamos en el Mirador, con su amplio aparcamiento y con buenas vistas a la playa de Torimbia (95 m) -3,2 km en 1 h y 30 min de marcha-. No existe acceso rodado a la misma, y constituye una de las bonitas y solitarias playas de la región. Fue la primera en la práctica nudista y aún se mantiene como tal. La playa se ubica en la base de una empinada ladera de más de 100 m de desnivel y tiene forma de concha con unos 0,5 km de longitud.

Desde el Mirador podemos acercarnos al saliente del Castillu, siguiendo el trazo de un sendero que prosigue al Norte. Desde esa estratégica situación se vislumbran a sus pies los islotes castreños de Castro la Punta, el Secu y el Reondu. De vuelta al aparcamiento, reemprendemos la marcha agotando el resto de la subida que discurre necesariamente por un área recreativa que se asoma al mar Cantábrico. Después culminamos en el Llano la Cuesta, donde se levantan antenas de comunicación y lugar muy vistoso hacia otros horizontes meridionales, como son la sierra del Cuera y otros lugares del horizonte costero. A partir de aquí seguimos avanzando hacia San Antolín por toda esta planicie que está salpicada de prados y cubiertos de ocle que trasladan desde la costa, para su secado. Más adelante encontramos de manera súbdita una bonita laguna camuflada entre un bosque y mirando al Sur ya asoman los pináculos del macizo occidental de los Picos de Europa.

Seguimos con nuestra aproximación a San Antolín agotando esta llanura, y llegando al término de la misma iniciamos un vertiginoso descenso que transita entre un bosque donde imperan los eucaliptos. Lo surca una amplia pista de tierra que en algún momento deja entrever a través de los escasos ventanales vegetales el mar Cantábrico. El trepidante descenso finaliza al pie de la carretera A-263 y el contiguo viaducto de la A-68. Una vez allí, variamos el rumbo al Norte siguiendo la traza de un arcén peatonal que deja a nuestra derecha la vega y las ruinas del monasterio de San Antolín, auténtica joya románica del siglo XII (BIC).

Seguimos caminando un breve trecho cruzando el río Bedón, que desemboca en el extenso arenal de la playa de San Antolín, que con una extensión de 1,2 km es muy utilizada por los surfistas. Esta ruta concluye en su aparcamiento (8 m).

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