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De portero suplente en juveniles a marcar en Regional Preferente

Iván Álvarez, que debutaba con el primer equipo del TSK Roces, saltó al campo como delantero en el minuto 83 ante la falta de efectivos en el conjunto de Florín e hizo el 5-1

El guardameta Iván Álvarez, durante el duelo de esta temporada entre el TSK Roces juvenil y el Deportivo de La Coruña. DIEGO BLANCO

Fue un debut inesperado, pero que cualquiera hubiese soñado. El pasado sábado quedará marcado en la retina de Iván Álvarez. A primera hora de la tarde, el guardameta se sentó en el banquillo de Covadonga durante el partido de División de Honor juvenil entre el TSK Roces y el Bansander y, horas después, hizo lo propio en el duelo de Regional Preferente que enfrentaba al equipo gijonés y al Ribadedeva.

Ataviado con su indumentaria de portero ante cualquier posible imprevisto, se mantuvo atento al duelo del equipo de Florín, que se presentó al partido con doce jugadores (tres de ellos porteros). El habitual portero suplente Nico, tuvo que actuar como improvisado delantero. Pero la sorpresa mayúscula, una más del partido, llegó en el minuto 83, cuando el técnico ordenó a Iván Álvarez entrar al vestuario para cambiar su indumentaria y vestirse de jugador. Saltó al campo de delantero supliendo a Nico y, seis minutos después, logró marcar el 5-1 con el que acabó el choque. "Quedé impresionado, era mi debut, recibí un pase en corto dentro del área, hice un control arrastrando el balón porque estaba de espaldas a portería, me giré, recorté al portero y marqué", explica el gran protagonista sobre la acción del gol. "Ya puedo colgar los guantes y ser delantero", bromea.

El gijonés fue el primer sorprendido. "Pensé que iba a quedarme en el banquillo todo el partido, cuando me dijo que iba a jugar me emocionó", comenta. No en vano, en los minutos antes a esta decisión, el fisioterapeuta Dani, le pintó en la pierna derecha una flecha y le auguró que iba a marcar y se lo iba a dedicar. Dicho y hecho. "No me esperaba que fuese a hacer algo así", confiesa.

A pesar de los sorprendente de su caso, no es la primera vez que le ocurre este hecho a Iván Álvarez, que se maneja a la perfección con los pies, como quedó nuevamente demostrado. Eso sí, en categoría juvenil. El pasado año ya marcó un gol con La Asunción ante el Alcázar, también saliendo desde el banquillo y tras un pase de la muerte. "Era mi primer partido como jugador desde prebenjamines, bromeé con el entrenador para que me sacase, lo hizo y marqué", comenta mientras afirma sonriente que "soy multiusos".

De hecho, al portero del TSK Roces no le disgusta, ni mucho menos, la idea de poder actuar como futbolista de campo. "De vez en cuando cambiar un poco de demarcación no viene nada mal, es una forma de pasarlo bien y desahogarte, por mi encantado", incide. Los números, hasta el momento, son muy favorables para que lo que se convirtió en un experimento improvisado debido a la falta de efectivos, se convierta en una alternativa a la que Iván ya ha respondido con un gol en Regional Preferente, donde nunca antes había actuado. "Ya les dije que iba a meter gol, lo comenté medio en broma, medio en serio, pero hasta que lo hago, la gente no me cree", argumenta.

"Estoy para lo que necesiten"

Iván Álvarez sufrió el pasado año, en el mes de enero, un fuerte golpe en el bazo que le dejó noqueado y que le mantuvo alejado de los terrenos de juego durante varios meses al tener que ser extirpado. Tras recuperarse y entrar de nuevo en juego poco a poco, ahora disfruta en su nueva etapa de estreno en el TSK Roces, donde "estoy jugando poco, siendo más bien el segundo portero del primer equipo juvenil y de vez en cuando participo con el juvenil "B", estoy para lo que me necesiten". Y el gijonés lo hizo, se quitó los guantes, se puso la camiseta de jugador, debutó en Regional Preferente y marcó para convertirse en un jugador catalogado ya como "multiusos".

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