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Una vida bajo los palos

El portero Rubén Toyos acaba de cumplir 49 años y aún no piensa en la retirada: "Todavía escucho ofertas", reconoce tras finalizar la temporada con el San Esteban

Rubén Toyos, en La Felguera. J. R. S.

El pasado 3 de mayo, Rubén Toyos cumplió 49 años. Cinco días antes había defendido la portería del San Esteban de Ciaño frente al Pillarno en la última jornada liguera de Segunda Regional. Este guardameta, residente en La Felguera, aún tiene cuerda para rato. "Estoy disfrutando del día a día y eso es algo que me gusta". Ahí radica una de las claves para seguir sintiéndose joven bajo los palos. "Me lo tomo como lo que es, deporte, para sentirme bien física y mentalmente, me apasiona el fútbol", reconoce.

Sus inicios en el fútbol se remontan al Lealtad, donde entró tras superar una prueba en el colegio. En la temporada 1985-86, Toyos ya debuta con el primer equipo, siendo aún juvenil. Tras superar su etapa formativa, le llegó la opción de probarse con el filial del Sporting. "Un miércoles, coincidiendo con unas fiestas en Villaviciosa, había un torneo donde vino el Sporting Atlético, hice un buen partido y terminé fichando por ellos", explica. En Mareo coincidió con Abelardo, Manjarín o el actual seleccionador nacional, Luis Enrique. En total, Toyos ha disputado trece temporadas en Tercera y otras catorce en Regional Preferente. Clubes como Lealtad, Piloñesa, Europa de Nava, San Martín, Narcea, Llanes o Lenense-Proinastur, entre otros, han disfrutado de sus paradas a lo largo de estas campañas.

Su secreto, la fuerza de voluntad. "Además de los entrenamientos normales con el equipo, me entreno por mi cuenta", reconoce. Y es que para Rubén Toyos, "la confianza en uno mismo es lo más importante".

Su larga trayectoria deportiva cuenta con un montón de buenos recuerdos. Uno de ellos, el penalti que detiene en El Candín con la Piloñesa en la temporada 2000-2001, que vale una permanencia. También muchos ascensos, como los logrados con el Sporting Atlético, el Lealtad, el Europa de Nava... y muchos sinsabores de descensos de categoría. "Es la parte amarga, se pasa mal", apunta el cancerbero. Pero nada comparable con la muerte de un compañero en plena temporada. "Una leucemia se llevó a Luis Alfredo Villa, compañero en la Piloñesa, en la temporada 92-93", recuerda el portero.

Muchos entrenadores han influido en su trayectoria. "Sería injusto nombrarlos, porque seguro que me olvido de alguno, pero, por ejemplo, García Cuervo, en el Sporting Atlético, ha sido importante; también le tengo mucho cariño a Brasi, que me tuvo en la Piloñesa y en el Europa, o a Aníbal, actual entrenador del Siero", explica.

Este verano recaló en el San Esteban de Ciaño. "Estaba sin equipo y me llamaron, estoy residiendo en La Felguera y me quedaba muy cerca de casa... ¿por qué no?", reconoce el portero. Y es que en el equipo langreano lo ha jugado prácticamente todo a lo largo de la temporada. "Disfruté bastante de este año", apunta. Aunque eso sí, en el vestuario se las ha tenido que ver con jugadores mucho más jóvenes que él. "La mayoría eran futbolistas que habían salido de juveniles", apunta. Una diferencia de 30 años. No obstante, reconoce que "he tratado de aprender de ellos y de enseñarles lo que pueda, en alguna conversación en el vestuario me he sentido un poco perdido", bromea.

La retirada es la cuestión que siempre ronda por su cabeza. "Desde hace dos o tres años no me encuentro tan bien como siempre, pero sigo teniendo ese gusanillo por seguir en activo", asegura. Y es que el portero admite que "escucho ofertas para la próxima temporada, en función de lo que haya tocará tomar una decisión". Pese a todo, es consciente de que "en algún momento habrá que poner punto y final y es una pena".

No obstante, no parece que vaya a ser en la próxima campaña. "Me gustaría jugar con 50 años, cuando era juvenil pensaba que seguir en activo con 35 era una barbaridad... y mira dónde estamos". Hay Rubén Toyos para rato.

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