El Gardner Webb University (GWU) juega en la Division I femenina de fútbol, que está compuesta por varias conferencias. La GWU está encuadra de la Big South, una liga a partido único entre doce equipos. Los ocho primeros clasificados juegan eliminatorias para decidir el campeón de conferencia, que pasa a disputar la NCAA, otra fase eliminatoria entre las 64 mejores universidades de Estados Unidos. Los partidos de liga de juegan los miércoles y sábados. El equipo de la GWU se entrena todos los días, menos los lunes, con sesiones de entre 1:15 y 1:45 horas.
En agosto, Paula Suárez dejó la comodidad de su vida en Asturias para vivir su particular sueño americano. Recién cumplidos los 18 años se trasladó a Boiling Springs, una localidad de Carolina del Norte donde tiene su sede la Gardner Webb University. Además de estudiar la carrera de Excercice Science (equivalente a Fisioterapia e INEF en España), Paula Suárez puede disfrutar de la experiencia de jugar en la liga universitaria de fútbol, auténtico vivero de la selección que domina los mundiales femeninos.
"De momento va todo genial", explica Paula de estos tres primeros meses. "Nos clasificamos para la final de conferencia y optamos a ganar el anillo. La forma de jugar y la competición aquí es distinta. No sé si mejor o peor, pero diferente, ya que incluso tenemos reglas adaptadas al deporte universitario". Sobre su integración señala que "siempre cuesta un poco, pero gracias a las compañeras del equipo ese proceso se me hizo mucho más fácil. Ademas, en el equipo hay dos europeas (una sueca y una noruega) y me ayudaron muchísimo".
En Estados Unidos aprecian el desarrollo del fútbol femenino en España: "Lo ven como un estilo más combinativo, en el que predominan los pases cortos. Aquí se basa más en el físico. Creen que en España nos centramos más en cómo llegar a portería que en la velocidad a la que llegamos".
El equipo de la Gardner Webb University exige mucho a sus jugadoras: "La pretemporada está centrada en el físico. Entrenamos todos los dias, hasta tres veces, y jugamos muchos partidos amistosos, los miércoles y sábado, como en temporada. Cuando llegamos a la competición ya jugamos tantos amistosos como partidos oficiales va a haber. Esos partidos valen para el global, así que en caso de empate en la conferencia se desempata con las estadisticas de los amistosos".
Sobre los hipotéticos privilegios académicos, Paula aclara que "aquí somos estudiantes-deportistas. Los estudios van antes que el deporte. Si tenemos clase o laboratorio a la misma hora que un entrenamiento hay que ir a clase. Da igual que sea el entrenamiento más importante del año. Pero si hay alguna competición tenemos unos días durante el año que nos dejan faltar a clase, ya que aquí la asistencia es obligatoria".
Paula no tiene problemas con el inglés, aunque nada más llegar vivió una anécdota a cuenta de los idiomas: "La primera persona que conocí en la Universidad fue la noruega, Stina. Cuando llegamos a su apartamento había otra chica a la que yo no conocía. Ellas se pusieron a hablar muy rápido, olvidándose por unos momentos de mi . Quería participar de alguna manera, por lo que contesté a una pregunta que pensaba que había entendido y ellas empezaron a reírse. Yo no entendía nada. Stina me explicó que no tenía sentido que hubiese contestado porque estaban hablando en sueco/noruego. Aparte de esto, no tuve ningún problema con el idioma. Las clases empezaron tres semanas después de llegar, por lo que estaba muy acostumbrada".
Los métodos de enseñanza también son diferentes: "Aquí tenemos un tipo de deberes en los que tienes que contestar bien equis preguntas y si fallas te vuelve a salir hasta que aciertes. Es un tipo de repetición distinta, ya que se centran en lo desconocido, no en reforzar lo que ya sabemos. Ademas son clases muy pequeñas, con unos 15/20 alumnos , por lo que la relación con los profesores es muy cercana".
Una jornada normal de Paula Suárez en Estados Unidos en días de partido empieza a las 7.30 de la mañana. Tiene clase de 8 a 10 y, tras el desayuno, otra de 11 a 12. Tras un pequeño descanso y de una comida ligera es tiempo para hacer deberes. A las 4 de la tarde está fijada la charla del entrenador, en la que da datos sobre los equipos rivales. Los partidos se suelen jugar a las 7 de la tarde y después hay tiempo para hacer piña: "Cuando acaban los partidos vamos casi todas a cenar a uno de los restaurantes que hay en el campus de la Universidad".
