La familia Menéndez ha pasado muchas horas de su vida sobre un tatami. El padre, Alberto, y sus tres hijos, Alberto, Luis y Alfredo, son destacados judokas que han hecho de este deporte su filosofía de vida. Los cuatro empezaron su actividad en el gimnasio Gandoy. "Conocí a Gandoy cuando todavía era cinturón marrón y ahora es octavo dan" recuerda el padre. Con él estuvo los primeros años hasta que tuvo que irse de Gijón hasta su vuelta en 1995, "y al poco nacieron estos" dice señalando a sus hijos. Alberto es en estos momentos cuarto dan y maestro entrenador nacional, "nunca entrené a nadie que no fueran mis hijos" asegura "pero es que para poder estar cerca de ellos en las competiciones me exigían un título así que los hice".
El hijo mayor, también Alberto, siguió con éxito los pasos de su padre. Fue campeón de España absoluto, campeón nacional universitario, medallista en varios torneos internacionales y ganador de numerosas Supercopas y Copas de España. Alberto se fue a Valencia donde está uno de los mejores clubes nacionales. "Estaba estudiando aquí segundo de Ingeniería Mecánica pero nos ofrecieron tanto a mi hermano Luis como a mí una beca para poder estudiar allí", recuerda Alberto. Para Luis la llamada llegó en el momento de iniciar la carrera, ingeniería de diseño, y los dos se fueron para Valencia para compaginar estudios y judo.
Llegaron las competiciones y los éxitos sin abandonar los estudios. Hasta que el pasado año Alberto decidió poner fin a su trayectoria competitiva. "Hice mi última competición el pasado mes de febrero, fue una Copa de España en Barcelona, la gané y me retiré porque me salió una oferta laboral interesante en Valencia y empecé a trabajar". El judoka gijonés podía haber seguido pero consideró que "es imposible trabajar y seguir compitiendo al nivel que lo estaba haciendo porque entrenaba once sesiones a la semana. Eso trabajando no se puede hacer y si bajas los entrenamientos lógicamente bajas tu nivel. Lo que no has conseguido entrenando once sesiones no lo vas a lograr entrenando la mitad" asegura. Ya lleva bastantes meses apartado y confiesa que " lo hecho un poco de menos pero como estoy haciendo otras cosas tampoco es que tenga mucho tiempo".
Por su parte Luis también acaba de aparcar la competición y al igual que su hermano, por motivos laborales. Luis fue medallista nacional, tiene medallas en las copas de Europa de Fuengirola y Coimbra y numerosas Supercopas y Copas de España. "El último año y medio en Valencia había tenido una lesión en un hombro pero en ese tiempo que estuve apartado mejoré mucho en los estudios". Luis no descarta retomar la competición pero no será hasta que "esté más estabilizado, ahora estoy centrado en el trabajo". El mediano de los Menéndez asegura que "empecé en el judo con tres años, no recuerdo un momento en el que no fuese a judo".
Ahora es el tiempo de Alfredo, el menor, que a sus 16 años es el actual número 2 del ranking nacional cadete. El último año ha ganado una Copa de España en Tenerife y ha sido bronce en la Supercopa de Avilés. Estudia segundo de Bachillerato en el colegio de La Asunción por donde también pasaron Alberto y Luis.
"En el 2020 voy a entrenar todavía más fuerte, dar lo máximo de mi. A nivel de resultados quiero hacerlo bien pero tampoco es una cosa con la que me vaya a obsesionar, si no quedo campeón de España no me voy a frustrar" asegura Alfredo que tiene como referentes a sus dos hermanos. Próximamente estará en las Copas de Europa de Fuengirola y Coimbra. Estará en la Copa de Europa de Fuengirola (febrero) y en la de Coimbra. Curiosamente su hermano Luis sacó medallas en estas dos competiciones. Alfredo, al igual que sus dos hermanos compite por un club gallego, "porque le ofrecen mejores condiciones que en Asturias, ya sucedió antes con Alberto y con Luis" puntualiza el padre que señala que "en Galicia hay mucho nivel y es complicado que te cojan pero en su primer año Luis quedó campeón de Galicia junior y Alberto subcampeón senior, entraron en el equipo gallego y desde entonces les han apoyado mucho".
Los tres hermanos coinciden en asegurar que "el judo te da unas pautas de comportamiento. Por ejemplo para que te salga bien una técnica vas a tener que repetirla miles de veces y quieras que no eso te da una disciplina para todo. Es un estilo de vida que llevas dentro y que te va a servir". Otra de las claves del éxito familiar está en el apoyo incondicional de su madre Rosana que los ha acompañado a infinidad de competiciones cámara en mano para grabar los combates o también llevando las anotaciones de los rivales. Los cuatro también tienen palabras de agradecimiento para Felipe Sánchez, entrenador de la Universidad de Oviedo "porque fue el que nos metió en la competición, incluso llevándonos a torneos al extranjero".
