De todas las campañas electorales de la historia reciente en España, sin duda la más decisiva en términos de estrategia electoral, la que ha marcado la pauta para los posteriores candidatos, fue la campaña a la presidencia del Real Madrid en el año 2000. Como recordarán, Florentino Pérez insinuó el fichaje de Luis Figo, entonces gran estrella del Barça, si ganaba las elecciones. Ese posible fichaje llevó a Pérez a ganar holgadamente pese a que su oponente, Lorenzo Sanz, acababa de ganar la Champions League. La exitosa estrategia del constructor creó escuela entre los partidos, aunque de un modo perverso. Porque cara a las elecciones no es que los partidos "fichen" a una eminencia o a un gran gestor de lo público (obviamente, Natalio Grueso no cuenta), sino que prometen un dispendio como aquel de Pérez, por lo general en forma de edificio. Supongo que es más fácil vender un equipamiento que una idea o un modelo de gestión.
