En fila de a uno se presenta la oposición en Soto del Barco, para rendir honores al munícipe por antonomasia, escoltado por su tropa de 7 concejales, que le otorgan una holgada mayoría absoluta. Cuesta encontrar adjetivos para ilustrar la segunda victoria de los independientes de Corrales, casi tanto como la fórmula para derrotarlos. Unos buscaron recurrir a modelos casi decimonónicos, tratando de relacionar votos con cartillas sanitarias, pero no les salió la cuenta, mientras que otros buscaron caras nuevas, incluso de fuera del concejo, para sorprender al contrario. Los populares repitieron candidato, pero lo dejaron solo ante el peligro, sin prestarle una mínima cobertura electoral que incrementase sus escasas opciones. Jaime seguirá al frente del consistorio otro mandato más, rodeado de un grupo de fieles y un electorado que valora a la persona antes que a las siglas. Puede que Corrales se canse antes de ser alcalde que su electorado de votarle.
