Una vez finalizada la temporada de salmón con muerte ya tenemos las cifras que nos permitirán decir si ha sido un mal o un buen año. Por primera vez escuché a las sociedades de pescadores más beligerantes, poco amigos de la pesca sin muerte y esas cosas extrañas, decir que para sacar conclusiones debemos esperar al recuento de septiembre, en el que sería conveniente recordar que no estarán los salmones que lucieron un estupendo crotal tras pasar por el puesto de precintaje. En la cuenca del Narcea-Nalón ha sido un año normal, en la línea de temporadas pretéritas, en el que hubo importantes entradas de salmones de buen porte, desde mediados de mayo a primeros de junio especialmente, y en el que han aparecido en julio añales en piños abundantes. Espero con impaciencia la llegada del censo, aunque creo que ya todos conocemos lo que unos y otros van a opinar y las medidas previstas para mejorar las poblaciones. Demasiado previsibles.