Atribuyen a Carlos Marx la frase "el trabajo es la forma más sofisticada de esclavitud", y sea suya o no, el caso es que tiene mucho sentido. Por el salario se dispone de nuestro tiempo, capacidades y hasta voluntad. Así y todo hay quien dice amar su trabajo, porque? Recordé la expresión al leer que Lucía Fernández simultanea sus estudios de Derecho y el ejercicio de la prostitución. Y no se trata de hacer un juicio moral de la cosa. El mismo Cristo no hizo juicio sobre la Magdalena, limitándose al perdón. No dudo de la importancia ni servicio social del trabajo de Lucía, pero precisará de la Seguridad Social y debiera, como todo trabajador, colaborar en el sostenimiento de los servicios institucionales de los que se beneficia, entre otros, la Universidad. No es tarea fácil incorporar en el sistema impositivo trabajos inusitados como éste, pero no tener impuestos o mirar hacia otro lado no los evita. Para el caso de Lucía y otros que incluyen la remuneración entre sus ahorros podría existir un gravamen por donaciones singulares. Porque, ya que blanquean su dinero, que el color no sea blanco roto.