Se han puesto en marcha los mecanismos para decirle adiós a la minería del carbón. Se habla de jubilaciones (prejubilaciones, se supone) a los cuarenta años y de 1.250 millones de euros para la reactivar la economía de las comarcas afectadas por el cierre de las minas. Además todos los síntomas son que la cuantía de las pensiones pasaría de los 2.100 euros mensuales. Yo no sé... Los mineros pelearon duro para conseguir que el riesgo y la insalubridad de su trabajo se materializase en anticipo de las edades de jubilación y con prestación sustanciosa. Quienes vimos a mineros echar los pulmones por la boca y oímos los gemidos por catástrofes laborales nos alegramos de que aquel "Régimen Especial" les permitiese disfrutar del descanso merecido antes que a otros colectivos. Pero con la perdida de la importancia energética del carbón, se apagaron todas las protestas con rebajas en edad de jubilación y dinero -dicen que para reactivar la economía- en cuya gestión sindicalistas tuvieron gran capacidad para maznar. Tal vez las sólidas simpatías de los asturianos hacia los mineros las ablanden las hábiles manipulaciones de los políticos. Gracias a los mineros de hachu al hombro y pantalón de mahón pudimos ver un pasado reciente generoso. ¿Ahora qué?
