La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Cronista de Lugones

Prado Norniella, el retratista olvidado de Siero

Un libro de Francisco Bustamante Alonso rescata la biografía del pintor

Nacido en Les Folgueres, José Prado Norniella (1875-1937) ha sido un retratista olvidado. Para recordarnos su vida y obra, el joven e inquieto vecino de Colloto Francisco Bustamante Alonso ha editado un libro biográfico de este pintor asturiano que nos da cuenta de su existencia con minuciosos detalles históricos. Antes de continuar queremos felicitar al autor del libro por esta aportación que nos brinda sobre un artista casi desconocido. Su vida discurrió antes de la guerra civil en Madrid, con un pequeño estudio en Les Folgueres, núcleo seguido del barrio de Paredes (Siero). En su época fue de lo más reputado, sin embargo hoy es prácticamente ignorado. Por su valía que se vislumbraba desde sus comienzos, fue becado en distintas ocasiones, una de ellas le permitió mejorar su formación en Roma.

Su vida fue un continuo viajar entre Asturias y Madrid, llegando a disponer de un estudio en el palacio del Marqués de la Rodriga, de los más distinguidos de la capital de España, en el barrio de los Jerónimos. Encargos, entre otros muchos, para el Príncipe de Asturias y para la Infanta Isabel II, por lo que fue muy felicitado. En este libro se nos recuerda que la Infanta Isabel de Borbón y Borbón (1851-1931), conocida popularmente como "La Chata", visitó en numerosas ocasiones el palacio de Valdesoto (Siero), donde Prado solía retirarse a su pequeño estudio durante las vacaciones o cortas temporadas.

Según cuenta Bustamante, los encargos al retratista de Les Folgueres no cesaban, no solo de la realeza o la nobleza, también la clase política. En marzo de 1905 recibe el encargo de realizar algunos retratos de exministros y los actuales en aquella época para la iconoteca del ministerio.

No podemos soslayar el retrato a tamaño natural que Prado realizó sobre una fotografía al benefactor de Lugones, José Tartiere Lenegre, Primer Conde Santa Bárbara.

"He querido -dice Prado- darle todo el realismo noble que transcendía su figura. A Tartiere no hay necesidad de idealizarlo, porque el ya mismo con el azul de sus ojos y la transparencia de su piel ya parecía espiritualizado."

El éxito acompaña a este hombre endeble, de ojos azules que, ante tanto beneplácito a lo largo de su existencia, siempre los recibió con humildad e inmenso agradecimiento, para todas la persona que le brindara su ayuda, de manera especial en aquellos duros comienzos.

No olvidó sus orígenes, aportó dinero para reconstruir la casa donde vivían sus padres, y donde unos años antes vivió José Prado Noriega de forma ininterrumpida hasta los 18 años. Además construyó una cuadra y llevó a cabo obras de mejora de la panera. Interesante inversión la que efectuó en el año 2014 el Pueblo de Asturias para su museo al adquirir cuatro retratos de campesinos de Prado Norniella, obras con una medida de 40x40 Fueron pintados en 1917. Los padres, un hermano y la cuñada de este artista aparecen retratados conforme a las normas decimonónicas de la pintura realista que frecuentó quien fuera contemporáneo de Ventura Álvarez Sala y Manuel Arboleya.

Compartir el artículo

stats