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El cogollu

El paisaje de la infancia

El cónsul de les fabes de Villaviciosa en Canarias en el 25.º aniversario de Juan Antonio Cabezas

Juan Antonio Cabezas Canteli definió a la perfección un sentimiento muy asturiano cuando dejó escrito que "el hombre, por más que se mueva por el mundo, permanece atado a su primer paisaje". Lo acredita así siempre que se presenta la oportunidad Alfredo Montes García, que se ha convertido en un distinguido cónsul en Canarias de la Cofradía de Amigos de les Fabes de Villaviciosa. De raíces asturianas profundas y frondosas, el director territorial de Mapfre en Las Palmas goza del reconocimiento de sus vecinos de la Villa, con la que mantiene conexión directa familiar y amistosa, y de las Islas, en la que nacieron sus dos hijos.

Pues por iniciativa de Alfredo Montes y su esposa, Carmina Díaz, por aquello del paisaje de la infancia, compartimos mesa con el almirante del Mando Naval de Canarias, Juan Sobrino Pérez-Crespo, un gallego de Orense casado con la cartagenera María Franco Suanzes, hija y hermana de marinos. El matrimonio Sobrino Franco, que mantiene estrecha relación con las familias Orueta y Lueje de Piloña, también de tradición en la Armada, jamás olvidará sus felices días de luna de miel por tierras asturianas. Como el anfitrión Alfredo Montes es amigo de sus amigos y colega de sus colegas, unió al nostálgico encuentro astur-galaico al delegado de Mapfre en la provincia tinerfeña. Un gran abismo de rivalidad (hoy se disputa Las Palmas-Tenerife, de interés para sportinguistas y oviedistas) pero un pequeño salto geográfico. Se trata de Tomás Bobo Díaz, un madrileño de nacimiento que se formó en sus años jóvenes en la Escuela de Náutica en Gijón y que, como asturiano de adopción, anota su vinculación con la familia de Juan Antonio Cabezas, otro pariente que también ha tenido presente al periodista de Peruyes en el 25.º aniversario de su muerte.

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