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Bitácora de Lugones

"Los árboles mueren de pie"

Buenas excusas para disfrutar de la rica obra de Alejandro Casona

Plantado un árbol "quercus rubra", de la familia de los robles (vulgarmente se le conoce como roble rojo), cobra su variedad más cromática en el otoño. Está situado este árbol en el entronque de la calle Antonio Machado con la calle Santa Isabel, que ha quedado muy bien, máxime cuando se acabe la obra que acaba de iniciarse del último tramo. Nos ha producido una gran alegría está novedad. Si tuviera que elegir un elemento de la naturaleza, me quedaría con el árbol. De hecho, "un amigo es un árbol que no te traiciona", en palabras del poeta asturiano Alfonso Camín. Como ya escribí en alguna ocasión, utilizo el árbol como metáfora de la vida. De sus ramas brotan las inquietudes, y de éstas las hojas, que son las ilusiones.

Viene como anillo al dedo este tema, ya que precisamente el próximo viernes, día 15, a las 19.30 horas, en la Casa de la Cultura, será representada la obra teatral "Los árboles mueren de pie", comedia dramática, de 120 minutos de duración cuyo autor es nuestro paisano Alejandro Casona. Su representación a cargo de la compañía Teatro Casona, de Oviedo, merece la pena disfrutarla. No ocultamos que somos fervientes admiradores de la obra de este asturiano. Tal es así que allá por los años 70, más o menos, asistimos en el Teatro Campoamor a muchas de sus obras, tras el regreso de nuestro paisano a España, procedente de Argentina (primero vivió en México). Aparte de "Los árboles mueren de pie", otras obras emblemáticas son: "La dama del alba", "La barca sin pescador", "La tercera palabra", "La casa de los siete balcones", "Prohibido suicidarse en primavera"? Se trata de un autor de teatro de ingenio y humor que mezcla sabiamente fantasía y realidad. Su producción, poéticamente rica, no emplea en absoluto, sin embargo, la construcción de sus versos.

Ya se sabe que el verdadero nombre del autor es Alejandro Rodríguez Álvarez, nacido en 1903 en Besullo, Cangas del Narcea, y que, a su vuelta de Argentina, falleció en 1965 en Madrid. Nuestra admiración por este autor, y encontrándonos hace años en Cangas del Narcea, junto con mi hermano Sabino, fallecido, fue el que me animó a desplazarnos a Besullo, lugar de nacimiento de Alejandro, por una carretera nada cómoda. Y allí contemplamos el edificio de su casona, de ahí su seudónimo. Bastantes años después fue destruida por un incendio.

Va por Edita Reguera. Como este comentario va de árboles, seguimos con robles, pero en este caso robles humanos y con nombre propio, como el de Edita Reguera. Acaba de recibir el pasado jueves en la Casa de la Cultura de la capital del concejo el premio como "Mujer sierense del año 2019", de manos de Natividad Álvarez, concejala de Bienestar Social. Debo declarar solemnemente que si Edita no me hubiera invitado amablemente a esta acto, seguiría sin conocer el Auditorio de la Villa y Corte. Muy bonito. Los valores de Edita ya han sido perfectamente reconocidos y valorados a través de los medios de comunicación social: labores del hogar, modista, tareas del campo y ganadería, y todo esto aliñado con su entrega al Grupo Folklórico "La Sidrina". Antes de comenzar el acto, en el vestíbulo se sucedieron los comentarios en el sentido de que la entrega de este premio debería haber tenido lugar en la Casa de la Cultura de Lugones, ya que la protagonista es de este pueblo. ¿Ustedes se dan cuenta del costo del consumo de combustible de todos los coches que se desplazaron desde Lugones a la Pola, que entre ida y vuelta suman 28 kilómetros? La jornada acabó en el centenario lagar Fran, donde un pincheo muy variado y de calidad, junto con buena sidra, fue un auténtico regalo para el paladar. Al personal de la cocina le concedemos una puntuación de 9. No les damos el 10 porque toda obra humana siempre es mejorable.

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