Aunque parezca exagerado, ha sido general, usuarios y no usuarios, la alegría que despertó entre la población y los automovilistas la apertura de la nueva glorieta en el barrio de El Castro, porque son cientos los vehículos que diariamente han de cruzar este punto. En octubre pasado se había anunciado esta construcción, cuyo final estaba previsto para los carnavales, y fue cumplido dicho plazo de ejecución, por lo que por este motivo felicitamos a sus responsables. Y especialmente al Alcalde, Ángel García, que ha cumplido lo prometido, y cuando un alcalde cumple sus promesas no puede ser un mal gestor, eso no es frecuente en los políticos. Datos sobre dicha rotonda: tiene un diámetro de 28 metros, cuenta con dos carriles para vehículos y otro para bicis. Todo ello sobre una superficie de 3.150 metros cuadrados.

Y en honor a la verdad, hay que decir que el Alcalde de Siero, Ángel García, cumple así también con la promesa que anunció a finales de 2017, que en los presupuesto del 2018 se había previsto una cantidad para hacer frente a las expropiaciones. Y es en setiembre del pasado año cuando salta a los medios de comunicación la noticia de que había sido adjudicada la obra de dicha glorieta por un importe de 349.308,33 euros. Y misión cumplida. Ya iba siendo hora de dar salida a este problema que sufrían desde hace muchos años, diariamente, cientos de automovilistas.

Esta mejora se venía demandado desde hace muchos años. Nosotros, precisamente desde las páginas de LA NUEVA ESPAÑA, así lo constatábamos. Hasta en una ocasión, hace ya de esto lustros, y creo que ya lo conté, visitamos al entonces director general de Carreteras, señor Pertierra, para exponerle el problema. Y no sólo el de la encrucijada de El Castro, también le hicimos ver que era muy necesaria igualmente una glorieta en el entronque de la carretera de Viella, por la estación de ferrocarril, hacia el acceso a la carretera de Santander. Pero el problema que sufren muchos automóviles y transportistas en esta encrucijada sigue sin resolverse.

Que Lugones constituye una verdadera encrucijada de caminos es obvio. Si no, el lector mismo lo puede comprobar por la suma de ocho glorietas, con la que se acaba de abrir en El Castro. Otra en el Polígono del Nora; la de Los Peñones, el Cruce Viejo (esta es la más antigua), Cruce Nuevo, la del Bulevar en derivada del mismo en la carretera de Viella; Pryca/Carrefour, más la del Resbalón, que separa Lugones de la parroquia de Cayés, de Llanera. O sea, se nos antoja que Lugones podría conocerse también, aparte de villa multicultural o cosmopolita, como villa de las glorietas o rotondas.

Permítaseme, por último, como información complementaria, que estos enclaves pueden identificárseles por distintos nombres: rotondas, glorietas, óvalos, redomas, o también conocidas por redondeles. Son construcciones viales diseñadas para facilita el flujo de tráfico en las intersecciones entre carreteras y así reducir el peligro de accidentes.