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Panza arriba

Tiempo de poda

Los destrozos que les hacen a los árboles justo cuando llega el otoño

Encuentro en Facebook una foto del parque de Xovellanos de Mieres en otoño. Como tantas otras fotos de un Mieres magnífico, es de José Ramón Viejo. Comentario irónico adicional sobre el sistema municipal de poda. Un sistema tan extendido que te lo encuentras en otro montón de pueblos, villas y ciudades. En una fecha determinada -dentro de poco- alguien da la orden y los árboles de Mieres se quedan que da pena y dolor verlos. Privando a los mierenses de toda posibilidad de poder disfrutar del otoño a la puerta de casa. De los colores soberbios de la seronda.

Podar viene del latín "putare". Podríamos decir que, con la poda, lo que estamos es haciéndole una putada al árbol. Los que somos de pueblo sabemos que es cierto. Por alguna extraña razón, los que dan las órdenes de poda en los ayuntamientos son todos de ciudad. Si fuesen de pueblo, alguna objeción habrían planteado a esta "fradadura".

Esa es la diferencia. Los de pueblo sabemos que existe una diferencia enorme entre "espodar" y "fradar". En castellano también existe diferencia entre podar y afrailar. Lo busco en el diccionario de la RAE, para que me ilumine con su sabiduría. Afrailar: tr. Agr. Cortar las ramas a un árbol por junto a la cruz. O, lo que es lo mismo, meterle una pelada al árbol que quede tan afeitado como la coronilla de un fraile. De ahí viene el término, en castellano y en asturiano. Del latín "frade". En pueblo, una "fradadura" a un árbol sólo se hacía cuando tenía una plaga la rama o la hoja lo suficientemente grave como para proceder a tal pelada.

Así, sin más, año tras año, los árboles del Paséu y de las calles del entorno, se quedan en pelota picada ante el invierno. Me dieron una razón: es para sanear el árbol. Les digo que es mentira. Para sanear el árbol existen, en pueblo, otras tres operaciones: "esgamayar", "espicar" y "escanar". La cuarta, la más radical, es "fradar". Pero, antes de "fradar" se puede practicar cualquiera de las anteriores. "Esgamayar", como su propio nombre indica, es quitar los "gamayos": esas ramas que crecen más de la cuenta y que, por el viento o por su propio peso, pueden romper y caerse. "Espicar" es simplemente podar la parte alta, "el picalín", del árbol. Por lo general, porque se pretende que su altura no sea desmesurada. Suele hacerse en los árboles frutales para que los frutos queden a mano. Y, por último, "escanar", que es podar las puntas de las ramas, "les canes o cañes". Que, como "espicar", que era para que no ganase el árbol en altura, es en este caso para que no lo haga a lo ancho.

En resumen: el Paséu de Mieres y muchas otras calles están magníficas con sus árboles. Los vecinos podrían disfrutar de un espléndido otoño si no se procediese a afrailar o "fradar" sus ramas. La labor de "esgamayar" debería hacerse antes del otoño, la de "espicar" y "escanar" antes de que arranque una nueva primavera. Y, con el volumen enorme de árboles que hay por las calles, Mieres parecería una de esas hermosas pequeñas villas francesas o alemanas de las orillas del Ródano y el Rhin. No es tan difícil.

Lo que sí me tenéis que disculpar es por no encontrar traducción en castellano para verbos como "esgamayar", espicar" y "escanar". Seguro que la tienen, pero mi castellano llega hasta donde llega. Fui de pueblo asturiano y mi castellano es de ciudad. Cuando yo era de pueblo las cosas se llamaban como se llamaban y en castellano rancio sólo hablaba el maestro -que te partía la boca de un guantazo si te oía llamar "gamayos" a las ramas largas de los árboles-, el cura -que acaba de llegar de Burundi de las misiones y nos enseñaba canciones como "una espiga dorada por el sol"- y la guardia civil -que eran dos, uno de Orense y otro de Ceuta, y entre ellos mismos les costaba entenderse.

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