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Cosas de Duke

Marcelino M. González

Zona caliente

Oriente Medio siempre fue un polvorín, ya desde el acuerdo de la partición por Naciones Unidas en 1947 en que se creó el estado de Israel, la posterior guerra de los seis días que concluye con la ampliación territorial judía y las idas y vueltas con el los derechos palestinos en cuestión. Hoy, ya avanzado el siglo XXI y transcurridos casi setenta años, la situación está muy lejos de mejorar con la franja de Gaza que arde cada dos por tres y el problema recurrente de la Explanada de las Mezquitas, segundo lugar sagrado (después de La Meca) para los musulmanes y también de culto para los israelís, donde todo hace indicar que, en breve, va a originarse la Tercera Intifada. El eterno conflicto judío-palestino. Con todo esto, que no es poco, tras la llamada primavera árabe y las sublevaciones populares contra los gobiernos establecidos en países como Egipto, Túnez, Libia, Yemen y, por último, Siria el resultado de los acontecimientos, lejos de democratizar y dar estabilidad a cada uno de esos países, han agravado considerablemente su situación.

Después de cuatro años de guerra civil, Siria es el ejemplo más doloroso de lo que decimos, abundado por la eclosión del terrorismo del autodenominado Estado Islámico, su ocupación mediante el terror de más de la mitad del territorio, su continuada captación de adeptos y, en definitiva, su permanente amenaza al mundo occidental. De manera que en un intento de combatirlos donde más abundan se ha empezado a bombardear sus presuntas posiciones. Primero fueron los americanos y después los británicos, y ahora empiezan a hacer lo propio franceses y rusos. Parece que también los iraníes. Cada nacionalidad defendiendo sus propios intereses o los de sus aliados. En esta zona ya caliente de por sí, según todo parece indicar, los de Putin están bombardeando posiciones de la guerrilla opositora al cruel y dictatorial régimen sirio. Es decir, el cielo sirio se ha convertido en una mezcolanza de incursiones desorganizadas de las fuerzas aéreas de distintas potencias con distintos e inconfesables intereses. Rusia sobrevuela el espacio aéreo turco y dice que fue por error. Obama duda, EE.UU. protesta, pero los acontecimientos empeoran. Hasta que, en una de estas, ¡Boom!, alguien manque a alguien y se arme la marimorena. Y es que el género humano no aprende de la historia.

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