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A mi aire

Campaña de precampaña

Los movimientos de los políticos ante el 20-D

A escasos setenta días de las elecciones del 20-D, hace ya tiempo que dio comienzo lo que se podría considerar la campaña de la precampaña. Todos tienen mucha prisa, aunque a estas alturas ni siquiera saben la composición de sus candidaturas, salvo los puestos cimeros con los caretos de siempre. Se multiplican los actos de todos los partidos, al objeto de ir ganando el favor de los votantes. Básicamente entre la franja de los indecisos, intentando convencerlos de lo bien que lo están haciendo los unos o las bondades con las que nos vamos a encontrar si nos pasamos a otro detergente que lavará más blanco y ofrecerá mayor sensación de frescor.

En todas las formaciones cunden los nervios entre los que aspiran a meter la cabeza en el sprint final y cruzar la meta con derecho a estar incrustados en puesto con posibilidades, aunque la mayoría -si ganan- siempre tendrá la posibilidad de encontrar acomodo en responsabilidades de otro nivel. Ayuda al compañeru, aunque algunas veces sea a regañadientes.

Esta vez les ha entrado el furor de los bailes, para marcarse buen rollito con los ciudadanos o eso pretenden, pero me da que los pasos que marcan se asemejan un tanto a la yenka, ya saben: un paso para adelante y dos para atrás. Que resume lo que todos suelen hacer.

Llegan tiempos de promesas, bombardeo mediático y presencial hasta la saciedad, y esta vez no se conforman en respetar los tiempos, sino que llevan en constante promoción desde hace meses, promoción que va subiendo de temperatura con el paso de los días, con lo cual resulta fácil deducir lo mucho que nos queda por aguantar, nos guste o no.

Jauja por parte de todos ellos, para a posteriori ni la mitad de la mitad, de la mitad. Aunque a estas alturas, entiendo que tan sólo engañan a los que son conscientes de que así va a suceder, pues visto lo visto, no creo que quede ningún crédulo en todo el país. Pues nada, paciencia amigos míos, ye lo que hay.

Y si uno, particularmente, siempre tiene gana de que llegue el siete de enero, para dejar atrás las hipocresías inherentes a las fiestas navideñas, pues esta vez va a ser con doble motivo.

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