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Velando el fuego

Contra las desganas

El homenaje a las víctimas de violencia machista que organizó Fuerza de Muyer en Langreo

"Desganas" es un hermoso y conmovedor poema de Mario Benedetti, en el que clama contra la indiferencia de la sociedad, que es capaz de cerrar los ojos, en numerosas ocasiones, ante hechos tan cruentos como la desnutrición infantil o la tortura, entre algunas de las lacras que padecemos. Un poema que radiografía a un ser humano individualista, que mira únicamente para sí mismo y que prefiere no saber ni ver lo que exista a su alrededor.

Se han dicho muchas cosas sobre la utilidad de la poesía (y del arte en general); sobre si es necesario que se implique en la lectura del mundo o más bien deba pasar página de un modo apresurado; si los artistas están más cerca del Olimpo que de la tierra; y para que nada falte en este mantel de debate tan propicio a escurrir bultos y responsabilidades, se ha llegado a asegurar (me lo han dicho en más de una ocasión) que la política no agrega un buen maridaje a la mesa literaria. Cierto es que quienes opinan así deberían hacer antes un cursillo para saber distinguir entre el arte panfletario -por otra parte tan necesario en algunas ocasiones- y el arte que ilumina las esquinas del mundo, pero que, a la vez, también sirve para revelar nuestra propia realidad, al par que nos ayuda a comprendernos mejor, y, por tanto, a saber relacionarnos en mejores condiciones con nuestros semejantes.

El poema de Benedetti, tras referirse, entre otros infortunios, a los cuarenta mil niños que sucumben a diario en el purgatorio del hambre y de la sed, y a los pobres de solemnidad, que son cada vez menos solemnes y más pobres, concluye con tres versos devastadores para la conciencia de cada cual: "pero en cambio es atroz/ sencillamente atroz / si es la humanidad la que se encoge de hombros".

Quizás por eso mismo, porque hace ya tiempo que algunas organizaciones han entendido que a la desgana sólo es posible combatirla con el ardor y que la vida es un lienzo en el que plasmar nuestras mejores pulsiones, Fuerza de Muyer de Llangréu organizó el pasado jueves un acto que tenía, sobre todo, tres objetivos. De una parte, homenajear a las víctimas de violencia machista en 2017, que arrojaron la escalofriante cifra de 98: 83 mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas, maridos o exmaridos, por prostitución, desconocidos, relaciones espontáneas...; 13 niños y niñas asesinados, utilizados por sus padres como herramientas para dañar a sus madres; y 2 hombres asesinados por marido y expareja. Al tiempo que se rendía también homenaje a los 27 huérfanos y huérfanas víctimas también de la violencia machista, que sufren las consecuencias de perder a su madre y tener a su padre (principalmente) en la cárcel. De otra parte, se puso de manifiesto una campaña de apoyo a los menores expuestos a violencia. Una campaña que pretende ser didáctica, para que ayude a reflexionar sobre el tipo de infancia que viven algunos niños y niñas y cómo esas limitaciones, cuando no desgarradoras experiencias, repercuten después en su desarrollo como personas. Por último, se denunció el incumplimiento de las medidas contempladas en el Pacto de Estado.

Todo ello, estuvo acompañado de música y poesía. Luchar contra el olvido se ha convertido en una tarea cada vez más urgente. Lo dicen los versos de Benedetti, antes de referirse a esa humanidad que se encoge de hombros. "Ya es bastante grave / que un solo hombre / o una sola mujer / contemplen distraídos el horizonte".

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