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Velando el fuego

Llueve poesía

El encuentro con autores de Asturias y León organizado por el centro Carlos Álvarez-Nóvoa

La semana estuvo cargada de noticias de toda índole, más o menos apasionantes según los ojos que las juzgaran. En esta ocasión no parece difícil ponerse de acuerdo en que política y fútbol se llevaron la palma, si bien el primer puesto parece copado por la moción de censura contra un gobierno que, a su natural indolencia para buscar soluciones a tantos problemas como nos acosan a diario, ha añadido, una vez más, esa pose de engreimiento propia de quienes creen habitar en un espacio superior al del resto de sus ciudadanos. Si el monte Olimpo es el lugar donde moraban los dioses, a nuestros gobernantes no parecía costarles mucho sacrificio ver el mundo desde ese lugar mitológico. Todo sea, naturalmente, porque estén en la creencia de pertenecer a una estirpe superior a la del resto de los mortales.

Pero también la semana vino cargada de ruletas y de fueras de juego, de zancadillas y de penaltis en el último minuto. Quienes nacieron para el fútbol como Beethoven para la música -en palabras de Pelé-, aunque sea en calidad de hinchas, aficionados más o menos entusiastas o simples discutidores de chigre, la nueva Champions del Madrid o la dimisión de Zidane constituyeron una parte importante de su alimento semanal. Lo mismo que la suerte que correrán esta semana algunos de nuestros equipos asturianos, caso del Sporting, Oviedo o Unión Popular de Langreo.

Y, del mismo modo, la belleza de los sueños vino a visitarnos en forma de poesía. Frente a tantos días en los que el cielo nos mostró su paleta más borrosa, a tantas lluvias a destiempo o a tantos fríos de los que se te cuelan por cualquier rendija de nuestro armario particular, tuvimos la fortuna de escuchar abundantes y armoniosas notas líricas, momentos hermosos y hasta retazos de felices ingenios que alumbraban un fuego inolvidable. La poesía despierta aquellas fuerzas secretas que en unos casos por olvidadas y en otros por desconocidas duermen dentro de nosotros. No en balde para Gamoneda es, sobre todo, una revelación. Frase a la que me sumo, pues a mi juicio no son los objetos de la realidad los que están cargados de poesía, sino que es mi mente al percibirlos -y por tanto revelarse en mí- quien construye el significado poético.

Que casi medio centenar de poetas de poetas haya participado en los V Encuentros de Asturias y León significa, a la par que un gran esfuerzo del que hay que culpar al Centro de Creación Escénica "Carlos Álvarez-Nóvoa de Langreo, la constatación de que el arte es una suma de agregados, una cadena humana formada por piezas variadas y, como es lógico, de consistencia desigual en algunos casos. Pero, a la postre, todas y cada una de ellas son absolutamente necesarias.

Si en la antigüedad griega La escuela peripatética, seguidora de las enseñanzas de Aristóteles, se caracterizo por pasear con el maestro por un jardín y reflexionar sobre la vida, también los participantes en estos encuentros recorrieron nuestro territorio de visita por los dos proyectos museísticos: Musi y Ecomuseo del valle de Samuño. Una feliz iniciativa en la que se mezclaron versos, música y muestras de nuestra historia más reciente. Frente a tantas piedras como cayeron en los últimos tiempos sobre nuestras espaldas, una lluvia de poesía inundó, aunque fuera en un solo día, este depauperado solar en el que habitamos. Habrá que confiar en que se cumplan las palabras de Celaya: la poesía es un arma cargada de futuro". Entendida como un medio que incite a la reflexión y, a la larga, ayude a cambiar conciencias.

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