Decía el profesor Allué, uno de mis mentores en investigación además de un forestal brillante, que las mejores ideas aparecían siempre en el bar. Aquello que me sorprendió al principio es una afirmación que ha ido cobrando cada vez más sentido a lo largo de toda mi vida profesional. Quizás más cierto en el campus de Mieres por razones que expondré a continuación y que confío que sean convincentes, ya que la frase tiene su riesgo.
Se han vertido chorros de tinta sobre nuestro campus, pero nunca nos hemos quejado del bar. Es imposible hacerlo porque todos los que hemos ido cayendo por allí hemos conocido a nuestros compañeros de viaje en el bar. Y es que la mayor parte de los profesores e investigadores que habitamos el campus somos emigrantes profesionales, formados muchos en otras universidades y con perfiles muy diferentes. De esto da una idea que estemos distribuidos en dieciocho departamentos de los treinta y ocho que tiene la Universidad de Oviedo, ninguno de ellos con sede en Mieres. Así que la soledad del recién llegado es grande, los compañeros de docencia, la mayoría, no están en Mieres y no sabes muy bien qué narices has venido a hacer aquí. Un compañero me contaba hace unos días, en el bar por supuesto, su aterrizaje en el campus de Mieres. Una historia que me resultó familiar y que sonaba más o menos así:
El despacho aún muy vacío, todavía sin conexión de alta a internet ni teléfono, lo mejor será descubrir dónde está el bar, tomar un café y reflexionar.
Primera visita al bar, parece que está allí la directora, me acercaré a saludar y a cambiar impresiones. Después de unos quince minutos de charla y un café, me han presentado a más de diez profesores, todos están en Mieres y lo que es mejor: les gusta Mieres. Tomo conciencia de que no estoy tan solo, pero sigo perdido.
Segundo día y segunda visita al bar. Hoy no hay nadie, he debido bajar a otra hora. Pido un café y marcho, tengo prisa, sigo buscando casa de alquiler porque la residencia está cerrada. Al salir me encuentro con uno de los profesores que conocí ayer y amablemente me invita a volver con ellos a la barra, quieren consultarme algo. Me presentan otro grupo de investigadores, están en el Edificio de Investigación anexo. Aún no lo visité. Son del Indurot o algo así, tiene que ver con los Recursos Naturales. Empezamos a hablar de nuestras líneas de investigación, de lo que sabemos hacer. Ninguno trabaja en lo mío pero he escuchado cosas muy interesantes que podría aplicar a mi investigación. Me marcho porque tengo prisa, quizás mañana pueda verlos de nuevo.
Tercer día y tercera visita al bar, hoy sí hay gente, son pocos pero ya los conozco. Saludo y me acerco, pido un café a Julio (el primer día supe su nombre) y cuando me giro el grupo había crecido. Había gente del primer y del segundo día. Toman café todos juntos, mezclan y cruzan conversaciones: incendios, descontaminación de suelos, túnel de viento, caja de arena, centinel, wolframio, off-shore... Comentan algo de una red de investigación. Me intereso sobre el tema y me explican que han creado una red científico tecnológica en Recursos Naturales. Otra vez los Recursos Naturales. Parece que esto tiene peso en Mieres y lo mío, ¿no está tan alejado?, no sé, tengo que enterarme más. Me despido, tengo clase y es la primera.
Salgo con la boca seca de clase, una hora y media hablando, me salió bien pero me muero de sed. Me dijeron que la duración de las clases era tal para facilitar la docencia a los profesores transeúntes. Voy a bajar al bar a por agua. No me lo puedo creer, siguen allí y hay más gente aún. Están organizando unos seminarios para que los diferentes grupos de investigación del campus cuenten a qué se dedican. Dicen que buscan sinergias. No estoy acostumbrado a esto, donde estaba antes éramos muchos trabajando en lo mismo, quizás demasiados.
Me invitan a asistir y a que les hable de mi trabajo. ¡Madre mía!, no sé si esto les va a interesar mucho? ¿Recursos Naturales? Yo estoy en otra historia, creo, pero iré. Son muy hospitalarios, aunque sólo sea por agradecimiento, iré.
Cuarto día, hoy ya hay seminario. Es la primera vez que no voy a ver a mis compañeros en el bar. Voy al edificio de investigación, estoy alucinando, es una auténtica pasada. La verdad que las instalaciones son inmejorables, en eso no tengo queja. Unas treinta personas y dos horas de exposiciones e intercambio de impresiones. Se han planteado un par de ideas para proyectos de investigación en las que creo que puedo colaborar, mi exposición les ha resultado muy interesante. Nunca lo hubiera imaginado. Los perfiles de los investigadores, mujeres y hombres, eran muy diferentes, había ingenieros de todo tipo, biólogos y geólogos, matemáticos, economistas, abogados. Sinergias?, tengo que reflexionar sobre esto.
Llevo ya casi un curso completo en la Escuela Politécnica de Mieres. Sigo yendo al bar todos los días para charlar con mis compañeros y salir de la soledad de mi pasillo, la verdad que estoy muy contento. Estoy colaborando ya en un proyecto de investigación sobre Recursos Naturales -sinergias-, estoy encantado. Es la primera vez que trabajo en un equipo tan multidisciplinar. Una de las cosas que más me han llamado la atención a lo largo de este año es la capacidad que tiene esta gente para encontrar potencial a todos los perfiles. Creo que de la necesidad han hecho virtud. No lo puedo asegurar, pero no creo que haya muchos centros con estas características y este potencial.
Durante todo el año hemos estado trabajando en un Programa de Doctorado en Ingeniería de los Recursos Naturales. No había programa de doctorado en Mieres porque no había sedes departamentales, pero se ha sacado adelante a pesar de la excepción. Si ANECA no lo impide el Campus de Mieres tendrá su propio programa de doctorado en el curso 19/20. Y no creo que lo impida porque es un programa muy compacto y muy bien avalado. Hay investigadores con unos curriculums realmente brillantes aquí y muy jóvenes. Me dijeron que el primer proyecto de investigación del Horizonte 2020 que ha tenido la Universidad de Oviedo se pidió en Mieres. Nuevos minerales, hay un grupo muy potente que trabaja en materias primas.
Pero lo que más me sorprende es el perfil tan tecnológico que tiene este grupo de compañeros. Porque son eso, compañeros. Me fascina la visión tan moderna y tan transversal que tienen del aprovechamiento y la conservación de los Recursos Naturales, del impacto de la obra civil sobre el medio, de infraestructuras verdes, hablan de bioeconomía o de economía circular, dominan satélites y drones sin complejos y barren todas las energías renovables sin olvidarse del carbón o del petróleo. Aprendo mucho de ellos.
La verdad que lo que me contó mi compañero da paso a la reflexión. Mieres está lleno de conocimiento, de gente con ganas de trabajar, con un nexo fundamental y es que el que está en Mieres es porque ha apostado por este Campus. Un equipo de profesionales comprometidos, que han decidido trabajar y gestionar juntos este entorno universitario tan privilegiado. Nos vemos sumidos muchas veces en la ignorancia regional, que no nacional o internacional (es paradójico), pocos saben lo que hacemos en Mieres, esos que sólo saben quejarse y pedir más con todo lo que allí se invirtió. Nada más lejos de la realidad. Asturias tiene sus Ingenierías más Naturales en Mieres 4.0, sólo necesita descubrirlo.
Pero que quede clara una cosa: en el campus de Mieres se trabaja mucho y bien, sobre todo en el bar. Salud.
