La vida suele llevarnos por extraños caminos en los que se unen la alegría y la tristeza en un mismo instante. Quizá sea la esencia de vivir que se nos recuerda de forma descarnada. Mientras el Unión Popular de Langreo disputaba el partido de ascenso A Segunda B, uno de sus seguidores luchaba en su personal batalla contra la muerte, allí, en el mismo estadio, cuando los 4.000 aficionados gritaban eufóricos por el gol de la victoria de Omar. En un fondo del campo, las asistencias médicas intentaban reanimar a Daniel López Sampedro, muy conocido por regentar Pescados Daniel, en La Felguera. La lucha duró el mismo tiempo que el Langreo tardó en superar al Orihuela. Pero el final fue bien distinto. Un día antes, el piloto José Ramón Fonseca fallecía a causa de su corazón, que tanto amaba los motores y la velocidad, en la Subida a Santo Emiliano. La tragedia no desmerece los éxitos deportivos, sólo nos recuerda cómo es vivir.