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Mario Antuña

Siete leguas

Mario Antuña

De la farola al bache

Nadie espera de los ayuntamientos soluciones mágicas. Ni que resuelvan el problema del desempleo, porque no tienen capacidad ni competencia. Ni que frenen el despoblamiento e impidan que los jóvenes se vayan buscando empleo. Ni que se saquen de la chistera de sus precarias arcas municipales millones suficientes para realizar las obras pendientes y cubrir las necesidades de todos los servicios. Creo que a estas alturas, por desgracia y a la fuerza, hemos aprendido con palos y sin zanahorias que la época del Molinón ya ha pasado y sólo queda ocuparse del bache y la farola. Dicho con la dureza de la realidad. Lo que se espera es que las calles estén limpias, los caminos y sendas adecentados, que el agua, el saneamiento y la recogida de basura sean eficaces, los espacios públicos agradables para convivir y que los servicios generales funcionen. Es así, por desgracia. Pero no es poco.

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