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A mi aire

Tricornios y ordenanzas

El Ministro del Interior, Grande Marlaska, ha dado la orden de retirar el borrador con varias prohibiciones sobre el atuendo y comportamiento de la Guardia Civil. Antes de ponerlo en marcha busca consenso con las Agrupaciones Profesionales del sector, muy críticas con el proyecto.

El citado borrador comienza con los tatuajes visibles y los que no lo son, que deben de estar registrados. Prosigue con el atuendo adecuado, que afecta a bigote, barba, piercing, uñas, maquillaje, rastas y trosquilones, con recomendación de pelo corto para hombres y recogido para mujeres.

Seguramente serán muchos los que no se imaginan a un guardia civil quitándose el tricornio o la gorra luciendo una gloriosa cresta cual indio americano en pie de guerra. Más de lo mismo con las rastas o colgantes. Y sobre la barba o el bigote, aunque este último hace décadas era todo un símbolo en el cuerpo, pues no es lo mismo lucirlo de modo extravagante o barba como la bíblica de Moises.

Temas como estos deberían ser tratados con mucha prudencia, no deja de estar en juego el prestigio de una institución que data del año 1844, arraigada y respetada en todo el país, y no parece que darle un vuelco radical por conveniencias políticas o modernidades es innecesario, sean primordiales, pues seguramente son otras cosas más perentorias lo que la Guardia Civil necesita, y demanda desde hace mucho tiempo.

Al final habrá que esperar a ver en qué quedan las "recomendaciones" para los guardias, pues aquí no tenemos términos medios y me da que tenemos nueva polémica a la vista.

Me imagino al Duque de Ahumada revolviéndose en su tumba del cementerio de San Isidro, en Carabanchel, si al final triunfa la tesis de los modernillos, con ganas de levantarse y correr a tricorniazos a unos cuantos.

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