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Archivera-bibliotecaria de la Junta General del Principado de Asturias

La vitalidad del museo

El discurrir de las colecciones del Bellas Artes

El Museo de Bellas Artes de Asturias, como la mayoría de las pinacotecas, se nutre de una serie de fondos "históricos" y se incrementa con donaciones de artistas, de particulares o de "coleccionistas", que se suman a los depósitos de otros museos o al aporte institucional. La historia de cada museo y la formación de su colección están íntimamente unidas a la del territorio en el que surge. Centrándonos en nuestra pinacoteca por excelencia su andadura está estrechamente vinculada a la de la capital como centro de la vida política y de negocios de la burguesía.

La aventura del arte en Asturias en el ámbito "público y oficial" tiene su principio en 1785, cuando se crea "la antigua e ilustrada Escuela de Dibujo, auspiciada por la Sociedad Económica de Amigos del País de Asturias" a la que no fueron ajenos el influyente conde de Campomanes o el propio Jovellanos. Tras los difíciles y belicosos inicios del siglo XIX, un nuevo empuje externo vino a impulsar el panorama museístico. Si en noviembre de 1819 en Madrid la Colección Real se abrió como Real Museo de Pintura y Escultura (hoy Museo Nacional del Prado), el proceso de la desamortización llevó a manos públicas una ingente cantidad de bienes de todo tipo en toda España y entre ellos obras de arte. En Asturias, desde 1845 el Museo surgido de la Comisión Provincial de Monumentos instaló los primeros cuadros recuperados en una de las capillas del extinguido Convento de San Francisco. Se sumó después a esta acción la Academia de Bellas Artes de San Salvador instalando sus fondos en un inmueble de la calle del Rosal de la capital asturiana en 1890, redactando un primer inventario de obras. La decimonónica centuria vio además el interés artístico de comerciantes financieros e industriales, que adquirían para si obras destacadas, como los Selgas, por poner un ejemplo, a la vez que se abrían los primeros anticuarios. La Diputación Provincial, instalada en el Palacio construido sobre los terrenos del derruido convento franciscano, en el nuevo eje Uría-Fruela, colgaba de sus paredes algunos lienzos de calidad y promovía becas de ampliación de estudios para los artistas de Asturias sobresalientes que retornaban con obras propias.

Ampliación

Tras la convulsión provocada por la guerra civil, en 1952 se abrió el Museo Arqueológico, pero el Museo de Bellas Artes hubo de esperar la apertura al público en 1980, en el Palacio de Velarde de la calle Santa Ana, obra importante de la arquitectura del barroco. En aquel espacio fueron expuestas las primeras obras a partir de los fondos antiguos y de la Diputación, depósitos de otros museos, legados de particulares y algunas donaciones. En el año 1986 se amplió el espacio con la incorporación del edificio del siglo XVII conocido como Casa de Oviedo-Portal en la calle de la Rúa unida al anterior por un corredor posterior.

A este Museo, todavía de relevancia "provinciana" llegó en 1995 la recepción de 410 obras de la colección privada del financiero Pedro Masaveu Peterson que lo en una de las pinacotecas más importantes del país. Luego vendrían otras incorporaciones aplaudidas y publicitadas. En el año 2015 se inauguró una ampliación muy esperada que no dejó indiferente a nadie y que se levanta sobre el espacio ocupado previamente por cinco inmuebles entre la calle de la Rua y la plaza de Alfonso II el Casto. Los nuevos espacios ofrecen oportunidades antes imposibles. Recientemente el empresario y coleccionista Plácido Arango Arias donó un lote de 32 obras de varias épocas que, en algunos casos han supuesto completar vacíos en unos fondos, los del Museo de Bellas Artes, reconocidos ya como magníficos a nivel nacional.

Nada hemos dicho de la colección, su formación y su relevancia. Juan Carlos Aparicio Vega, profesor de la Universidad de Oviedo, que estuvo además vinculado al Museo de Bellas Artes de Asturias, a la Fundación Alvargonzález, al Museo Casa Natal Jovellanos o a la Junta General conoce bien lo que atesoran todas esas instituciones. Su tesis doctoral "Las Galerías de arte en Asturias (1918-2005)" y sus publicaciones y colaboraciones de historia del coleccionismo institucional y privado, arte y artistas contemporáneos asturianos, le acreditan como un buen guía y narrador con el que recorrer "El origen y evolución de las colecciones del Museo de Bellas Artes de Asturias de 1980 a 2018".

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